Ya en notas anteriores hemos hablado sobre las ventajas indiscutibles a nivel físico de no comer carne y hacer una dieta vegetariana en cualquiera de sus variedades (lacto vegetariana, ovo lacto vegetariana, vegana, crudivora, etc).
Analicemos ahora las consideraciones morales y antiegoístas relacionadas los deberes de los seres humanos para con los demás seres vivos sintientes. La primera de ellas es el gran horror de matar innecesariamente los animales. La destrucción de la vida es siempre un crimen.
Debe tenerse en cuenta que los que se dedican al negocio de la carne no son los únicos culpables, sino que también lo son todos aquellos que se alimentan de ella, puesto que de esta suerte los estimulan remunerando su crimen. Toda persona que come carne tiene su parte de responsabilidad en la falta, a causa del sufrimiento por medio del cual ha sido obtenido. Es un axioma universalmente reconocido en las leyes que, “qui facit per alium facit per se”; esto es: todo lo que un hombre hace a otro se lo hace a sí mismo.
Habrá personas que dirán: “si soy yo solo el que deja de comer carne, poca será la diferencia”. Esto es inexacto y poco sincero; primero porque siempre habría alguna diferencia, aunque esta persona sólo consumiese una libra o dos por día, dada que al cabo de algún tiempo esta libra o dos diarias sumarían el peso de un animal; y en segundo término porque no se trata aquí de la cantidad, sino de la complicidad en el crimen, y si participa de los resultados derivados de este crimen, no cabe duda de que ayuda a remunerarlo, y de este modo le alcanza directamente una parte de culpa. Ninguna persona sincera dejará de ver que esto es así. Pero por regla general, cuando se trata de sus bajas pasiones los hombres rechazan la verdad y cierran los ojos a los hechos más evidentes. Creo, pues, que toda persona imparcial convendrá en que toda esa terrible e innecesaria matanza es un horrible crimen.
Otro punto importante que debe también tenerse en cuenta es el que se refiere al modo inhumano de transportar los pobres animales, y la crueldad que con frecuencia se despliega al sacrificarlos. Aquellos que pretenden justificar tan abominables crímenes dirán que se están ensayando métodos para matar los animales con la mayor rapidez y menos sufrimientos posibles; pero bastará con que leas los escritos que tratan del asunto para convencernos de que en muchos casos tales métodos no se observan, resultando de ello los más espantosos sufrimientos.
Si tuvieses que emplear por vosotros mismos el cuchillo o el hacha para matar al animal antes que pudieses alimentarte con su carne, comprenderás al momento la repugnante naturaleza de semejante acto, y probablemente muy pronto rehusarías ejecutarlo. ¿Quisieras ver a tus hijos ejerciendo de matarifes? Si no es así, no tenes entonces derecho alguno para colocar en manos de otros hijos de madre tan repugnante labor. No tenemos derecho alguno a exigir que otros hagan un trabajo que nosotros mismos rehusamos hacer. Quizás se dirá que nosotros no forzamos a nadie a que escoja ese abominable modo de vivir, pero argumentar así es un mero subterfugio, puesto que al comer el horrible alimento pedimos, por este simple hecho, que alguien se embrutezca; pedimos que alguien se degrade hasta descender a un nivel inferior.
Es natural y lógico que aquellos que se embrutecen ejerciendo tan inmunda tarea, sean también brutales en todo lo demás. Son de índole salvaje y sanguinaria en sus disputas.
Esta comprobado que en muchos casos de asesinato se ha visto que el criminal dio el golpe del cuchillo en la dirección peculiar que es característica en los matarifes.
¿No creéis que el reino animal participará también de los beneficios de esos felices tiempos que están por venir, y que la horrible pesadilla de la matanza en gran escala desaparecerá del mundo? Las naciones realmente civilizadas saben esto muy bien; pero los occidentales somos una raza joven todavía. No cabe la menor sombra de duda de que el futuro pertenece al vegetariano. Parece cosa indudable que en el futuro -y creo que dicho futuro no está muy lejano- miraremos los tiempos actuales con disgusto y con horror. A pesar de todos sus maravillosos descubrimientos, a pesar de su magnífica maquinaria y de las grandes fortunas que con ella se han hecho, estoy seguro que nuestros descendientes considerarán la época presente como muy relativamente civilizada, y en realidad muy poco distinta del salvajismo. Uno de los argumentos en que nuestros descendientes se apoyarán para calificamos de semi salvajes será sin duda que permitimos entre nosotros esa innecesaria matanza en gran escala de inocentes animales; que con ella engordábamos y acumulábamos dinero; que organizábamos una clase especial de seres para que hiciese tan inmundo trabajo por nosotros, y que no se nos subieron los colores al rostro de aprovechamos de los resultados de su degradación. Todas estas consideraciones sólo se refieren al plano físico.
Nadie ignora que el hombre que come carne con exceso presenta, físicamente hablando, un tipo excesivamente antipático y grosero.
Tiene exceso de peso o le cuesta mantenerse en forma, acumula grasa en la zona del abdomen y cintura, su cuerpo es mas grasoso, transpira mas y con olor, tiene mal aliento y sus heces son putrefactas y mal olientes. Además de tener trastornos físicos de toda índole como gota, diabetes, urea alta, colesterol y hasta algunos tipos de cáncer que ya se ha descubierto científicamente que proviene de la ingesta de carne a través de los años.
Esto no sólo significa que el cuerpo físico se halla en un estado poco apetecible, sino también que aquellas partes del hombre que son invisibles a nuestra vista ordinaria, esto es, los cuerpos astral y mental, no se hallan en mejores condiciones.
Las depresiones, la angustia, el stress, las adicciones como al alcohol y las drogas proviene de un desequilibrio químico en el organismo por una ingesta de carne habitual. Así, pues, el hombre que se construye un cuerpo físico grosero e impuro se construye también al mismo tiempo un cuerpo astral y mental de esta misma naturaleza.
Muchas personas que consumen carne se sienten tremendamente ofendidas ante los argumentos de un vegetariano, aducen que son libres de su elección y que los vegetarianos nos creemos mejores personas por nuestra elección…ahora bien, nada confirma que un vegetariano se convierta en mejor persona por comer de esa manera pero tampoco el comer carne te lo garantiza…pero pensemos…para el animal que se salva porque yo no como carne yo me convierto en su salvador mientras que el animal que muere por la ingesta de carne de alguien, ese alguien se convierte en su asesino…ahí está la diferencia…yo no quiero ser un asesino de animales!!!!
Desde el punto de vista espiritual, se explica que el animal capta el momento en que está siendo asesinado y quién lo mata, recibe una perturbación energética que le genera violencia, agresividad, y un karma residual muy duro, y quien lo consume, aunque no lo haya matado, capta en menor grado, pero en forma inevitable los efectos negativos del acto de la muerte del animal.
Hay, además, el lado antiegoísta de esta cuestión, el cual es mucho más importante, y es el que se refiere a los deberes del hombre para con la naturaleza. Todas las religiones enseñan que el hombre debe siempre conformarse con la voluntad de Dios; que debe colocarse constantemente al lado del bien y combatir el mal; que debe favorecer la evolución en contra del retroceso. El hombre que se coloca al lado de la evolución comprende al momento la iniquidad que se comete al destruir la vida, pues sabe que del mismo modo que él se halla aquí en la tierra en este cuerpo físico para aprender las lecciones que este plano puede enseñarle, de la propia suerte el animal habita su cuerpo con el mismo objeto, puesto que por medio del mismo obtiene la correspondiente experiencia en su mucho más inferior etapa de desarrollo. Sabe que la vida que mora en el interior del animal es Vida Divina, y que toda vida en el mundo es Divina. Los animales son, por lo tanto, nuestros hermanos, aunque son hermanos más jóvenes, y a nosotros no nos asiste derecho alguno para disponer de sus vidas con el fin de satisfacer nuestros pervertidos gustos; no tenemos derecho alguno a causarles indecibles sufrimientos hasta la muerte simplemente por un plato de comida.
Convertirse al vegetarianismo y a una alimentación más compasiva con otros seres sintientes puede lograrse a pesar de los condicionamientos culturales y educativos. Es verdad no se logra de un día para el otro, pero si vas intelectualizando los innumerables argumentos que existen para y por la defensa de los animales seguramente lograras ser mas compasivo.
El planeta está pidiendo a gritos un cambio, de compasión, de sentido común, de misericordia, de respeto por la creación.
Desde siempre existió la inquietud por una alimentación compasiva y consiente, estos son algunos representantes:
Jesús, Buda, Sai Baba, Rama, Krishna, Moisés, Zoroastro, Saint Germain, Confucio, Lao Tse, Amma, Ching Hai, Leonardo Da Vinci, Franz Kafka, Isaac Newton, Platón, Ramanuján, Rousseau, Bernard Shaw, Sócrates, Voltaire, Pitágoras, Albert Einstein, Henry Ford, Schopenhauer, Alex Baldwin, Brigitte Bardot, Drew Barrimore, Kim Basinger, Kirk Cameron, Ted Danson, Michael J. Fox, Richard Gere, Dustin Hoffman, Demi Moore, Anthony Perkins, River Phoenis, Brad Pitt, Brooke Shields, Leonardo DiCaprio, Martina Navratilova, Carl Lewis Y TANTOS OTROS...
“Llegará un tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y se considerará la matanza de un animal como un crimen. Igual que el asesinato de un ser humano. Llegará un día en el que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre. Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa la de aquellas. Vivimos por la muerte de otros. Todos somos cementerios”. Leonardo Da Vinci.
“Siento que el progreso espiritual nos demanda el que dejemos de matar y comer a nuestros hermanos, criaturas de Dios y sólo para satisfacer nuestros pervertidos y sensuales apetitos. La supremacía del hombre sobre el animal debería de demostrarse no sólo avergonzándonos de la bárbara costumbre de matarlos y devorarlos sino cuidándolos, protegiéndolos y amándolos. No comer carne constituye, sin la menor duda, una gran ayuda para la evolución y paz de nuestro espíritu”. Ghandi.
“Mientras seamos las tumbas vivientes de bestias asesinadas, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales sobre esta tierra?”. “El domingo oramos pidiendo que la luz ilumine nuestro camino. Estamos cansados de guerras, no queremos más combates, pero sin embargo, nos atiborramos de cuerpos muertos”. George Bernard Shaw.
“Amad a todo ser viviente y pacificad vuestros espíritus dejando de matar y comer animales; he ahí la verdadera prueba de religiosidad pues el verdadero sabio y hombre de Dios no sólo no matará ni comerá a ninguna criatura sino que amará, conservará y potenciará la vida en todas sus manifestaciones”. Buda.
“¿Cómo podéis asesinar y devorar despiadadamente a esas adorables criaturas que mansa y amorosamente os ofrecen su ayuda, amistad y compañía?”. San Francisco de Asís.
“Una vaca o una oveja que yacen muertas en un prado son consideradas carroña. El mismo cadáver en una carnicería se considera comida”. Dr.Kellog.
“Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la Tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra el dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor”. Pitágoras.
“No olvides que por muy alejado y escondido que este el matadero, tú que comes carne siempre serás su cómplice”. Ralfh Waldo Emerson.
“Si un hombre aspira sinceramente a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería ser la de abstenerse de comer carne”. Leon Tolstoi.
“No permitáis que nadie pase por alto la carga de su responsabilidad. Mientras tantos animales sigan siendo maltratados, mientras los lamentos de los animales sedientos en los vagones de carga se enmudezcan, mientras tanta brutalidad prevalezca en nuestros mataderos, todos nosotros seremos culpables. Cada cosa que vive tiene valor como ser vivo, como una de las manifestaciones del misterio de esta vida”. Albert Schweitzer. (Premio Nobel de la Paz, 1952).
Los textos de la Biblia nacieron en el transcurso de los siglos, siendo elegidos con pinzas los evangelios que serían parte del libro sagrado. Los hombres escribieron lo que había sido transmitido por la tradición. Cuando Jesús subió al cielo no nos dejó una Biblia, sino una Iglesia: los apóstoles, y otros discípulos. Todos ellos fueron testigos de la predicación de Jesús, de sus milagros, de sus padecimientos, de su muerte y resurrección. Guardaron lo que habían visto y oído, y lo transmitieron de manera verbal, pero también escrita. Ambos libros, el Antiguo y el Nuevo Testamento son una obra humana,. Una recopilación de textos.
Una parte de la historia nos relata que fue el emperador Constantino quien encargó y financió la redacción de la Biblia, omitiéndose los evangelios que mostraban a un Cristo más humano. Algunos historiadores niegan la participación de Constantino en el compilado de los libros sagrados, pues muchos fueron escritos antes de su era.
Durante más de 300 años, el Imperio Romano se había ensañado persiguiendo a los cristianos, quienes profesaban la fe bajo catacumbas. En el año 313 entonces Constantino dicta el Edicto de Milán donde se pone fin a la persecución a los cristianos El emperador entonces se convierte en sumo sacerdote, y cómo político visionario que era, con su conversión pretendía terminar con el crecimiento exponencial de los cristianos, decidiendo entonces unificar a Roma bajo un solo imperio. Bajo una sola religión.
Conclusión: muchos textos fueron omitidos por decreto eclesiástico en el compilado de la Biblia. A esos escritos los denominaron apócrifos (del griego que quiere decir “oculto”). Aquellos libros no fueron aceptados por ninguna autoridad religiosa, siendo una vez más los hombres los que deciden qué libros serían parte del libro sagrado.
Defensa animal en el antiguo testamento
Pero la Biblia no está exenta de la defensa animal, aún cuando nos han hecho creer que Dios quería tortura y sacrificios de animales para complacerle, mostrándonos a un Dios perverso y vengativo. Si leemos exactamente a los profetas se encontrarán con innumerables citas pro animal. En Oseas 8,13 dice “Sus sacrificios de animales y el consumo de la carne me son abominables y el Señor no se complace en ello, sino que se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados”.
Isaías 66,3 también manifiesta que “Quien inmola a un toro es como quien mata a un hombre; quien sacrifica a una oveja es como si estrangula a un perro; quien presenta víctimas para alimento es como el que ofrece sangre de cerdo; quien quema incienso es como si ensalza a un ídolo. Estas cosas eligen en sus caminos y sus almas se complacen en sus abominaciones.
En Proverbios 23.20 se indica “No te juntes con los borrachos de vino, ni con quienes se deleitan en el consumo de la carne“.Estas no son las únicas citas referida al cuidado de los animales y el rechazo a los sacrificios, muchos versículos más hablan de un Dios que abomina el sacrificio de animales y que apela al cuidado de ellos, como por ejemplo Isaías que en muchos versículos habla sobre los animales
“El evangelio de los 12” y la estrecha relación de Jesús con los animales
Fue San Jerónimo que el año 382 realizó la primera traducción completa al latín de la Biblia y quien bajo la presión del poder eclesiástico y político dejó fuera temas como la reencarnación, la ley de siembra y cosecha y las enseñanzas de un Jesús que protegía a los animales entablando una relación pacífica y de amor con ellos. Ese texto se denomina el “Evangelio de los 12” texto apócrifo que no fue incluido en la biblia y en donde se hace referencia a las vivencias de Jesuscristo con todos los animales.Nos parece importante conocer el otro lado la moneda, y por más que nos señalen que “El evangelio de los 12” no forma parte de los textos sagrados de la Biblia, el solo hecho de saber que fueron humanos influenciados tanto política como religiosamente los que eligieron lo que quedaba dentro y fuera del LIbro Sagrado, nos compele a mostrarles ll hermosura del evangelio de Jesucristo que nos ha sido ocultado y que nos muestra a un Cristo animalista.
LOS ANIMALES SON NUESTROS HERMANOS
Jesús entró en un pueblo y vio a un gatito que no tenía dueño, y tenía hambre y Le gemía. Él lo levantó, lo puso dentro de Su túnica, dejándolo reposar en Su pecho.
Y mientras pasaba por el pueblo, dio de comer y beber al gato, que comió y bebió y Le mostró su agradecimiento. Y El Lo dio a una de Sus discípulas, a una viuda llamada Lorenza, que cuidó de él.
Y algunos de entre la gente decían: “este hombre se ocupa de todos los animales. ¿Son Sus hermanos y hermanas, para que los ame tanto?“ Y El les dijo: “en verdad, estos son vuestros hermanos de la gran familia de Dios; vuestros hermanos y hermanas, que tienen el mismo aliento de vida del Eterno“.“Y quienquiera que se preocupe por uno de los más pequeños de ellos, y le de de comer y beber cuando pase necesidades, Me está haciendo esto a Mí; y quien intencionadamente permite que uno de ellos sufra necesidades y no lo protege cuando es maltratado, está permitiendo este mal como si Me lo hiciera a Mí: pues tal como hayáis hecho en esta vida, así se hará con vosotros en la vida venidera“. (Cap. 34).
JESUS LIBERA A LOS ANIMALES
1. Aconteció un día, al terminar Jesús Su predicación, que en un lugar cerca de Tiberíades, donde hay siete fuentes, un joven trajo conejos vivos y palomas, para que Él los comiera con Sus discípulos.
2. Y Jesús miró al joven con amor y le dijo: “tienes buen corazón y Dios te iluminará, pero, ¿no sabes que Dios en el principio dio al hombre para alimento los frutos de la tierra y no por eso lo creó inferior al mono o al buey, al caballo o a la oveja, para que matara a las demás criaturas y consumiera su carne y su sangre?“
3. “Vosotros créis que Moisés ordenó justificadamente que tales criaturas fuesen sacrificadas y comidas, y así hacéis en el templo; pero ved que hay aquí –y viene– alguien más grande que Moisés, para terminar con los sacrificios de sangre de la Ley y los festines y para restaurar la ofrenda pura y el sacrificio incruento, como era al principio, es decir, los granos y los frutos de la tierra“.
5. “Poned, pues en libertad a estas criaturas, para que se alegren en Dios y no traigan culpa a los hombres“. El joven las liberó y Jesús rompió sus jaulas y sus cuerdas.
6. Sin embargo, he aquí que temían ser cautivadas de nuevo y no querían irse de su lado; pero El les habló y les dijo que se fueran, y obedeciendo Sus palabras se marcharon llenas de alegría“. (Cap. 28)
¡AY DE LOS CAZADORES!
Mientras Jesús caminaba con algunos discípulos, se encontró con un hombre que adiestraba perros para la caza de otros animales. Y dijo al hombre: “¿Por qué haces esto?“ Y el hombre contestó: “porque vivo de ello; pues, ¿qué utilidad tienen estos animales? Estos animales son débiles, en cambio los perros son fuertes“. Y Jesús le dijo: “te falta sabiduría y amor. He aquí que cada criatura que Dios ha creado tiene su sentido y finalidad. Y ¿quién puede decir que hay de bueno en ellas y qué utilidad tienen para ti o para la humanidad?““Y para tu sustento: ¡contempla los campos, cómo crecen y son fértiles, y los árboles que dan fruto y las hierbas! ¿Qué más quieres que lo que te dé el honesto trabajo de tus manos? ¡Ay de los fuertes que hagan mal uso de su fuerza! ¡Ay del astuto que dañe a las criaturas de Dios! ¡Ay de los cazadores!, pues ellos mismos serán cazados“.
Y el hombre quedó muy admirado y abandonó el adiestramiento de los perros para la caza y les enseñó a salvar la vida, mas no a destruirla. Y aceptó las enseñanzas de Jesús y se convirtió en discípulo Suyo. (Cap. 14)
PALABRAS DE JESÚS CONTRA EL COMER CARNE
“¿No está escrito en los profetas?: ¡cesad vuestros sacrificios de sangre y vuestros holocaustos! Dejad de comer carne, pues no hablé de ello a vuestros padres ni se lo ordené, cuando les saqué de Egipto. En cambio, esto les ordené:
Obedeced Mi voz y andad por los caminos que os he mandado y seguiréis siendo Mi pueblo y os irá bien. Pero ellos no estaban dispuestos y no obedecieron“.
“Y qué os ordena el eterno sino que practiquéis la justicia y la misericordia y andéis humildemente con vuestro Dios? ¿No está escrito que al principio Dios determinó los frutos de los árboles, las semillas y las hierbas para alimento de toda carne?
Pero ellos han convertido la casa de orar en una casa de ladrones y, en vez de hacer una ofrenda pura con incienso, han manchado mis altares con sangre y comido la carne de los animales sacrificados.
Pero Yo os digo: no derraméis sangre inocente ni comáis carne. Sed rectos, amad la misericordia y haced justicia, y vuestros días perdurarán largamente en la tierra que habitéis“. (Cap. 33).
NO PERMITAMOS ESTE HORROR |
“El Evangelio de Jesús” Editorial LA PALABRA, Rotttweil 1968
El Evangelio de la vida perfecta, Editorial Humata, Bad Homburg
VEGETARIANISMO y OCULTISMO (Vegetarianism and Occultism) TPH, Adyar, 1903 DE C.W. Leadbeater
www.santuario.cl
http://www.ivu.org/spanish
http://www.lailuminacion.com/temas/temagrande.aspx?titulo=VEGETARIANOS FAMOSOS
Interesante todo lo que publicas !
ResponderEliminarSaludos desde Ciudad Jardín, Durango; México !!