Ejercicios de flexibilidad son un
componente importante de cualquier programa de acondicionamiento físico. Los
ejercicios de flexibilidad en yoga son suaves y son movimientos que ayudan a
mejorar la longitud de los músculos.
Los ejercicios de flexibilidad ayudan
a aumentar el rango de movimiento en las articulaciones. Los ejercicios de estiramiento son muy útiles para eliminar problemas de
dolor en varias partes del cuerpo.
Uno de los principales objetivos de
hacer estos ejercicios es que los tejidos conectivos que rodean sus músculos
son alargados. Hacer estos ejercicios de tres a cinco veces a la semana es lo ideal
y conduce a que tu cuerpo sea mucho más flexible. Estos ejercicios son muy
útiles para quienes tienen problemas de espalda. También mejoran la postura. Proporcionan
un físico relajado.
Los ejercicios de flexibilidad
tienden a ser ignorados o poco practicados, pero son muy importantes. Los
ejercicios de flexibilidad deben incluirse si o si en un régimen de ejercicios,
ya que son muy importantes. Esta inclusión debe ser por lo menos de tres a
cinco veces a la semana.
Los ejercicios de flexibilidad alargan y extienden los
músculos en su cuerpo y conducen a un mayor rango de movimiento. Más agilidad y
libertad de movimiento en la vida cotidiana.
Con la edad, la flexibilidad en el
cuerpo disminuye. Por lo tanto, la elongación del músculo conduce realizar las
tareas diarias con más facilidad y sin los riesgos de accidentes o lesiones.
Los ejercicios llevan a mejorar la circulación sanguínea.
Hay un seguimiento
mejorado de la sangre a los músculos y se puede evitar el dolor de la artritis.
Hay mejoría notable de la postura. Quien practica ejercicios de flexibilidad y
estiramiento de manera regular tiene una mayor movilidad y hay menos riesgo de
caer y lastimarse.
Los ejercicios de flexibilidad
también ayudan a la persona en el alivio de tensión. Durante el estrés, los
músculos se estrecha y el alargamiento en el ejercicio de los músculos conduce
a la liberación de la tensión.
Es necesario incorporar en la práctica de yoga ejercicios de flexibilidad de los músculos de
la base. Estos músculos están en el tronco y la pelvis. Asi se evita la posibilidad de una mala postura,
dolor lumbar y lesiones musculares. Por lo tanto, los ejercicios de
flexibilidad proporcionan un cuerpo relajado y reducen los dolores musculares.
Los ejercicios de flexibilidad también preparan el cuerpo para la tensión de
los ejercicios que haces todos los días. Los beneficios de los ejercicios de
flexibilidad, por lo tanto, son muchos siempre se realizan de manera
organizada.
La práctica de ejercicios de
estiramiento, elongación y flexibilidad generalmente son ejercicios que al
comienzo de la práctica de yoga resultan incómodos e incluso dolorosos. Pero se
deben trabajar a plena conciencia buscando la relajación y no la tensión en la
postura. Desde lo mental se debe dirigir al cuerpo físico para que vaya relajándose
y saque todas las tensiones de mas que no ayudan al estiramiento de un musculo
o grupo muscular. Incluso en una postura de estiramiento hay muchos practicantes
que tensionan hasta la cara, esto de a poco debe ser corregido, ya que debemos ir
suavizando todo nuestro cuerpo, siendo consientes de que solo debemos trabajar
en el estiramiento, elongación y flexibilidad de una zona de nuestro cuerpo y
que el resto solo acompaña al ejercicio o postura.
Estos estiramientos, elongaciones o
ejercicios de flexibilización deben hacerse con una buena entrada en calor como
el saludo al sol o surya namaskar. En yoga los estiramientos se practican sin “rebotar”
en la postura como se hacen generalmente en algunas clases de gimnasia. Se debe
armar el estiramiento o postura y de a poco trabajando con la respiración vamos
ganando terreno, avanzando en la elongación poco a poco. En la inhalación acumulo
prana, energía vital y en la exhalación avanzo en el estiramiento suavemente,
sin tironeos ni presiones excesivas.
Siempre en yoga una postura tiene su
contra postura para trabajar de manera armónica pareja y equilibrada nuestro
cuerpo.
El Secreto de la Flexibilidad
Practicando Yoga no solo se mantiene
la elasticidad y se eliminan los anormales depósitos de minerales de los
huesos, sino que es posible recuperar la juventud perdida.
La elasticidad del cuerpo depende del
estado de las arterias y de la columna vertebral, la acumulación gradual de
sedimentos, como cal, en las válvulas arteriales y venosas debido a las
impurezas de la sangre, da lugar a la inflexibilidad de estas partes.
Conservar e incrementar la
flexibilidad del cuerpo es uno de los principales objetivos de las Asanas.
Gracias a la técnica adecuada, se
puede recuperar muy bien la flexibilidad aun cuando no la hemos trabajado con
continuidad en nuestra vida.
Creemos que lo único que limita
nuestra flexibilidad son los músculos y los ligamentos pero se ha comprobado
que podemos lograr una flexibilidad infinitamente mayor con actitud mental
correcta que por una tracción violenta sobre los músculos que se resisten.
Para acrecentar nuestra flexibilidad
real es indispensable trabajar en el nivel del control nervioso, es decir
actuar mentalmente sobre nuestro cuerpo.
El individuo medio no puede tocar el
suelo con sus dedos manteniendo las rodillas rectas incluso a la edad de veinte
años. Este tipo de endurecimiento de los ligamentos puede reducirse a un mínimo
practicando los ejercicios de Yoga. El cuerpo será flexible como el de un niño,
incluso a avanzada edad. Cuanto mayor somos, los ligamentos se van endureciendo
y la columna vertebral se vuelve rígida. El endurecimiento excesivo puede ser
debido a distintas causas, pero especialmente a la alineación defectuosa del
cuerpo y pobreza del equilibrio, lo que causa el acortamiento de los
ligamentos.
La presión causada por el
acortamiento de los ligamentos en la base del cráneo, irradia a los nervios que
pasa a través de la ligazón facial. Estos dolores de cabeza, hombros y brazos
pueden eliminarse con algunas posturas del Yoga.
Los ejercicios de Yoga están
indicados principalmente para mantener la apropiada curvatura en la columna y
aumentar su flexibilidad mediante el alargamiento de los ligamentos
longitudinales y posteriores.
El estiramiento de los músculos
previamente relajados constituye una característica esencial de las Asanas, que
explica también porque relajan mejor y más pronto que la gimnasia, la que
procura el desarrollo de la musculatura somática mediante la contracción
repetida de los músculos voluntarios.
El músculo puede encontrarse
normalmente en tres estados diferentes:
1) Contracción: Es la fase útil del
funcionamiento muscular durante la cual el músculo al contraerse actúa sobre el
esqueleto y proporciona el trabajo mecánico que permite efectuar el movimiento.
2) Tono: Es el estado normal de
cualquier músculo en vigilia, no activo, pero listo para contraerse en cuanto
le llegue una orden bajo la forma de influjo nervioso.
Relajación: El músculo esta
distendido, es el estado de los músculos durante el sueño y en los ejercicios
de relajamiento del Yoga.
A estos tres estados hay que agregar
otro: el del músculo estirado. Es una situación particular y diferente de las
otras tres, el músculo es incapaz de estirarse por si mismo: El estiramiento se
produce por una acción exterior.
El músculo es muy extensible en su
límite normal de elasticidad. Cuando se alcanza este, el músculo puede
estirarse aun mas pero muy lentamente. Se estirara y lo hará tanto mejor cuanto
más relajado esté. Una tracción brusca sobre no músculos relajados puede
incluso traumatizarlos.
Una tracción lenta progresiva, continua sobre un
músculo no ofrece peligro, por el contrario, adra a este una serie de efectos
favorables como exprimir la sangre, especialmente la venosa. La circulación
venosa depende, no del impulso cardiaco, sino de las contracciones y
descontracciones alternativa de los músculos que , al comprimir las venas,
impulsa la sangre hacia el corazón. Pero el músculo retoma su volumen normal y
“aspira sangre fresca”, que lo “enjuaga”, lo “desengrasa” y lo alimenta.
Recordemos que una buena “puesta en
marcha”o entrada en calor antes de una sesión de Asanas facilita mucho el
trabajo, porque los músculos en calor se estiran más fácilmente.
Durante el tiempo de reposo en el
suelo, la sangre fluye en gran abundancia a los músculos que han sufrido
estiramiento. Este relax constituye una fase esencial y no hay que precipitarse
de una postura a otra. No comience la próxima Asana sino cuando la respiración
y los latidos del corazón han vuelto a la normalidad.
Posturas de yoga para la flexibilidad
Hay posturas de yoga para la
flexibilidad como la del pez, el loto, la cobra, el triángulo simple, el arco,
etc. Algunas se realizan de pie, otras sentados, otras acostados. Con ellas se
estiran y flexibilizan los músculos de la columna vertebral, las caderas, las
corvas, en fin, todo el cuerpo físico.
Para las personas que padecen algún
tipo de desequilibrio, ya sea físico o mental, los beneficios del yoga para la
flexibilidad son incalculables, pues llega a su vida una calma, una
tranquilidad y un sosiego imprescindibles para su sanación.
Siete aspectos fundamentales de los
beneficios de la práctica del yoga para la flexibilidad.
• Por supuesto: aumento de la
flexibilidad
• Adiós a la rigidez, la tensión, el
dolor y la fatiga de los músculos
• Más lubricación y movimiento de las
articulaciones
• Mejor funcionamiento de los
ligamentos, tendones y aponeurosis de la vaina que rodea los músculos
• Cero cansancio ni agotamiento
• Mayor circulación de la energía y
por consiguiente, desbloqueo energético
Cuando realizamos los ejercicios yoga
para la flexibilidad, nos sentimos plenos, satisfechos, realizados, flexibles,
en forma. Podemos hacer casi cualquier movimiento o practicar diversas
disciplinas, pues le volvemos a dar a nuestro cuerpo ese don que un día tuvo y
que sencillamente había olvidado: el de la flexibilidad.
FLEXIBILIDAD Y ELONGACIÓN
La flexibilidad es una cualidad
física a la que hasta hace relativamente poco no se le concedía la importancia
que merece, y aún hoy no se trabaja todo lo bien que se debiera; es el objetivo
de este artículo dar a conocer una metodología y un porqué de muchas de las
acciones que llevamos a cabo y otras que dejamos de hacer.
La flexibilidad tiene dos
componentes: elongación muscular y amplitud articular; es decir, la capacidad
que tiene la musculatura para alargarse y el rango de movimiento que permiten
los elementos articulares (uniones entre huesos).
Como la flexibilidad involuciona con
la edad, debemos trabajarla regularmente: al nacer tenemos una flexibilidad del
100% que con los años vamos perdiendo; poco a poco nos vamos haciendo más
rígidos.
Los estiramientos fundamentalmente
tienen dos mecanismos de acción sobre el sistema muscular:
1. A NIVEL VASCULAR provoca un efecto
de "bomba de succión" que hace aumentar el riego sanguíneo en el
interior del músculo.
2. A NIVEL NEUROMUSCULAR provoca una
modificación del tono, ya sea estimulando o inhibiendo el huso neuromuscular,
dependiendo de la intensidad y duración del estiramiento.
De esta manera, según en qué momento
del entrenamiento empleemos los estiramientos van a realizarse de un modo
diferente para conseguir los efectos deseados, y por tanto una mejor
predisposición para la actividad que vamos a llevar a cabo.
ELONGACIÓN MUSCULAR + AMPLITUD
ARTICULAR =FLEXIBILIDAD
Elongar para lograr flexibilidad:
Si usted tiene un perro o un gato,
probablemente haya notado cuán seguido le gusta, a su mascota, elongarse.
Estirarse genera bienestar;
especialmente, después de haber estado todo el día echado. O, como sucede más a
menudo con los seres humanos, después de haber estado todo el día sentado.
Pero a diferencia de los animales,
nosotros no somos tan propensos a pararnos y estirar nuestros cuerpos tras
largos períodos de inactividad, aun cuando nuestros cuerpos no desearían nada
más que una buena elongación. De estar sentados todo el día en un escritorio o
frente a una computadora, pasamos, normalmente, al asiento de un auto, autobús
o tren y, luego, en casa, a otras actividades, pero también sentados: comer,
leer, ver televisión, pagar cuentas —en línea— y contestar correo electrónico.
Con el 60 por ciento de los adultos
mayores de 50 años llevando una vida inactiva, ¿sorprende a alguien que veamos
más problemas de salud relacionados con articulaciones y músculos que se
insubordinan tornándose rígidos, inflamados y hasta dolorosos? Envejecer
también contribuye a la rigidez muscular y la escasa flexibilidad: a medida que
envejecemos, los músculos tienden a perder elasticidad, y los tejidos alrededor
de las articulaciones se hacen más densos. Eso dificulta el movimiento. De
hecho, uno puede perder, cada 10 años, el 10 por ciento de la flexibilidad si
no hace nada. Aquí, es verdaderamente aplicable el adagio que reza: “Si no lo
usa, ¡lo perderá!”.
La mejor rutina de actividad física
es una que incluya los cuatro pilares del acondicionamiento físico:
flexibilidad y estabilidad, actividades para adquirir resistencia (aeróbicos,
caminatas), entrenamiento de fuerza y equilibrio.
La elongación ayuda a
mantener sus músculos distendidos, lo que mejora su flexibilidad o capacidad
para inclinar/doblar su cuerpo sin lastimarse. La elongación frecuente puede
permitirle ganar movilidad, haciéndole más fácil inclinarse/agacharse y alcanzar
elementos en alacenas, según Jay Blahnik, especialista en acondicionamiento
físico y autor del libro Nuevo método de estiramientos para todos. “Es como una
recompensa que uno puede sentir cada día”, asegura.
También hay otras gratificaciones.
Mantenerse flexible puede ayudarlo para: Mejorar y mantener su rango de
movimiento, lo que, a su vez, mejora el equilibrio, Prevenir caídas, Aliviar
dolores crónicos, Disminuir la tensión y el estrés, Mejorar la circulación y la
concentración, Potenciar su energía y Mejorar su postura.
Las recomendaciones de elongar o de
no hacerlo están repletas de conceptos erróneos y de estudios conflictivos.
Existe poca evidencia que permita clarificar estas cuestiones. La elongación ha
sido promovida durante años como parte esencial de los programas de
acondicionamiento físico, como una forma de disminuir el riesgo de lesiones,
prevenir la inflamación y mejorar el rendimiento. Pero, ¿qué dice la evidencia?
Las últimas investigaciones concluyen que elongar puede disminuir el dolor y la
inflamación después de hacer ejercicio. Sin embargo, ninguna evidencia respalda
la teoría de que elongar inmediatamente después de realizar ejercicio pueda
prevenir las lesiones por sobrecarga física o agudas.
Según los especialistas, lo que
resulta clave en el debate sobre la prevención de lesiones es cuán a menudo se
elonga. La elongación habitual que se hace durante un período de tiempo, como
una clase de yoga o de elongación, puede disminuir el riesgo de lesiones. Sin
embargo, los períodos cortos pero intensos de elongación, o el estiramiento que
se hace sólo antes y después de entrenar, no lo harán.
Tenga presentes estos prácticos
consejos de seguridad cuando elongue:
Comience lentamente. Se tornará más
fácil elongar a medida que adquiera práctica.
No lo fuerce. Sobre estirarse puede
causar dolor y lesiones. Puede sentir una ligera tensión al elongar, pero no
debería doler. Si duele, deténgase.
Respire profundamente. No aguante la
respiración. Respirar lenta y profundamente lo ayudará a relajarse y hará más
fácil la elongación.
Precaliente: Si elonga antes de hacer
ejercicio, caliente su cuerpo previamente durante, por lo menos, cinco
minutos, con movimientos livianos como caminar o marchar en el lugar. Debería
evitar elongar un músculo frío, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir una
contracción.
Elongue todos los grupos musculares
principales, aguantando cada elongación por, al menos, 30 segundos. Los
profesionales del acondicionamiento físico recomiendan concentrarse en los
músculos de las pantorrillas, los músculos frontales y posteriores de los
muslos (cuadriceps y aductores, respectivamente), flexores de la cadera (psoas
ilíaco), del pecho (pectorales) y espalda (dorsales). También puede elongar su
cuello, hombros, muñecas y tobillos.
Trate de elongar tres veces por
semana y la mayoría de los días de la semana en los que haga ejercicio.
Tenga cuidado al elongar después de
una lesión o si padece de alguna afección crónica (consulte a un médico).
Escuche a su cuerpo y haga lo que
pueda. Todos tenemos un grado de flexibilidad diferente, que es determinado, en
parte, por nuestros genes.
Elongación y más elongación :
Aquí hay algunas actividades que
puede probar para mejorar su flexibilidad. También pueden desarrollar fuerza o
equilibrio, o ambos:
Yoga-Pilates-Ballet, danza moderna-Tai
Chi, artes marciales-Natación-Pelota de estabilidad/equilibrio.
Si está tomando clases, déle a su
cuerpo una oportunidad para descansar y reponerse tomándose un día para no
elongar. Si usted elonga como parte de una rutina como caminar o trotar, varíe
la forma en que lo hace. Por ejemplo, alterne ejercicios de elongación estática
y dinámica: agáchese, inclínese a uno y otro lado, rote su cuerpo hacia ambos
lados, pero no rebote. “La elongación con movimiento controlado es muy buena
para ayudarnos a funcionar durante el día”, comenta Blahnik.
Elongar a lo largo de la jornada, en
lugar de hacerlo en un único y más extenso momento del día, también está
perfectamente bien. Un par de movimientos de estiramiento en la mañana, después
de salir de la cama; por la tarde, cuando llega a su casa del trabajo; y en su
escritorio, durante el horario del almuerzo o de descanso, puede revigorizar la
mente y el cuerpo.
“Elongar tiene que ver
con aprender cómo se logra una relajación de manera cómoda e individual. Le
permite volver a ponerse en contacto con su cuerpo y con el modo en que se
siente” —dice Bob Anderson, autor de Stretching In The Office (Elongando en la
oficina)—. “Y cuanto mejor sintonía logra con su cuerpo, más activo quiere
estar”, asegura Anderson.
Ya sea que esté intentando estar
activo o haya estado activo por mucho tiempo, elongar lo hará sentir
estupendamente bien, en todo sentido. Según Anderson: “Es el elemento que
permite que a las personas les vuelva a agradar su cuerpo y sientan que lo
están haciendo bien”.
Al principio cuando nos iniciamos en
la práctica de yoga no nos enteramos mucho de lo que hacemos. Cuando vamos
avanzando en una práctica regular seguramente empezamos a tomar conciencia de
lo que hacemos con nuestro cuerpo físico. Queremos lograr cada vez más y mejor flexiones,
posturas y estiramientos. Ahora bien, debemos ser consientes de nuestros límites
y de nuestras aptitudes.
Una actitud poco favorable es la de
mirara al de al lado y compararse. Esto puede traer consecuencias de sobre/exigencia
y posterior lesión.
Una lesión... nos pasamos del
delicado límite que hay entre “poner a prueba” el cuerpo, lo cual implica
sensibilidad, autoobservación, cariño... y el “exigir al cuerpo”, sin la
sensibilidad suficiente... Entonces, un músculo desgarrado, un ligamento súper
inflamado, un pellizco en la lumbar...
La lesión es sin duda el Gran Maestro
de la práctica, nos devuelve la atención consciente, la sensibilidad, de manera
amplificada. Nos baja el ego que siempre quiere más y mejor y nos regresa a la mat
con una actitud más humilde, más yóguica, Ahimsa: No-Violencia.
Sólo si practicamos yoga desde la
sensibilidad, con la conciencia de nuestros propios límites, aceptándolos, no
sólo podremos llegar a nuestra mejor postura, sino qué estaremos empezando a
practicar yoga, disfrutándolo, no como formas externas sino que éstas serán la
viva expresión de nuestra verdadera forma interior.
Yoguis y maestros pueden reducir el
riesgo de lesionarse poniendo atención a las siguientes siete recomendaciones
durante los estiramientos:
ACTITUD: "Yo he observado que
las lesiones ocurren menos frecuentemente cuando los yoguis tienen una actitud
de devoción, rendición, aceptación y honestidad" dice Louis Ellis, maestra
de Ashtanga Yoga en Fayetteville, Arkansas. "Las lesiones suceden cuando
hay competitividad, ambición, insensibilidad, prisa y apego a los resultados de
la práctica. Cuando el ego se ve involucrado esperando resultados, eso no es
realmente yoga, es ejercicio."
ALINEACIÓN: "El yoga implica
riesgo porque le estás pidiendo a tu cuerpo moverse dentro del rango más amplio
posible de movimiento," anota John Friend, fundador de Anusara Yoga.
"Sin un enfoque en la correcta alineación, seguiremos viendo un montón de
lesionados."
VIEJAS LESIONES: Las lesiones
pasadas, particularmente en las articulaciones, son vulnerables de volverse a
lastimar. Los maestros deben preguntar a sus nuevos alumnos sobre sus lesiones,
y los alumnos deben comunicar a los maestros sus necesidades especiales antes
de la clase, si es que se sienten apenados al mencionarlas frente al grupo.
SEÑALES DE PELIGRO: "Si tu
respiración se vuelve exagerada o tienes que abrir la boca para tomar aire,
puede ser una señal de que te estás pasando del límite," dice Edward
Modestini, quien remarca que el límite de cada persona puede variar de un día a
otro dependiendo de la dieta, el sueño, las emociones y otros factores. Otras
señales de peligro son cuando "tiemblas más allá del control, o cuando las
posturas se sienten colapsarse, en vez de emerger."
TRANSICIONES: "La gente olvida
que dos terceras partes de la práctica es entrar a las posturas y salir de las
posturas, con control y atención," dice Ana Forrest, maestra de yoga de
Orcas Island, Washington, y fundadora del Forrest Yoga Circle de Santa Mónica,
California. "Aquí es donde la gente
LÍMITE" INDIVUDUAL: Una parte
esencial de la práctica de Yoga es el desarrollo de la atención para reconocer
cuándo alcanzar y cuándo descansar. En una práctica consciente, el acto de no
dañarse mediante retroceder y descansar, es realmente un verdadero yoga.
ENCONTRAR UN BUEN MAESTRO: "Lo
que hace a un buen maestro es su profundo respeto por sus alumnos, no que sus
alumnos logren poner las manos en el suelo," dice Judith Hanson Lasater,
maestra de yoga, quien recomienda a sus alumnos hablar de sus problemas y
preocupaciones. Y
Recomendaciones: “Para minimizar el
riesgo de lastimarse, estudiantes y maestros necesitan entender cuáles son las
áreas del cuerpo más sensibles a lastimarse, y saber cómo protegerlas”, dice
Roger Cole, científico y maestro de Iyengar System en Solana Beach, California.
Menciona la espalda baja, rodillas y cuello como las más propensas, seguidas
por la articulación del sacro ilíaco y los isquiotibiales.
Las lumbares y el
sacro iliaco están muchas veces relacionados a las flexiones al frente porque
comprimen los discos intervertebrales y sus ligamentos. “para hacer estas
posturas más seguras, gira la cadera tanto como puedas antes de que la espalda
se vea involucrada, alarga la columna, no flexiones demasiado lejos y nunca te
fuerces a ti mismo durante la postura.
Girar la cadera conlleva su propio
riesgo en los isquiotibiales, especialmente en la inserción de los músculos con
los huesos”. Para prevenir lesiones en la rodilla, Cole enfatiza la importancia
de no forzar las rodillas en Padmásana (loto), sino girar la articulación del
fémur y la cadera. LLevar el pie hacia arriba o empujar la rodilla hacia abajo,
aplica una fuerza tremenda en los cartílagos internos de la rodilla.
La postura que más lastima a personas
de más de 40 años es Sarvangásana (la vela) , según Larry Payne, terapeuta y
maestro de yoga de Los Angeles. Para los principiantes sugiere
ArdhaSarvangásana, una variación donde las manos sostienen el peso de la
cadera, aligerando la presión sobre el cuello. Sarvangásana es especialmente
peligrosa para la gente con un sobrepeso de 15kg extras. Él siempre ofrece la
opción de Viparita Karani, con o sin cojín. Roger Cole está de acuerdo con que
el cuello puede ser vulnerable en Sarvangásana si se tolera con todo el peso
del cuerpo. “El cuello tiene una curvatura natural y la vela lo dobla en el
sentido opuesto. Practicarla agresivamente puede contribuir a dañar los
discos”.
“Con todas estas consideraciones
muchas personas se pueden asustar de practicar Hatha Yoga, pero en realidad el
yoga es muy bueno como para perdérselo. Algunas de las grandes lecciones es
actuar con conciencia, balance, no agresivamente, y con sentido común. SI la
gente lo hace así, puede disfrutar de una práctica feliz y segura.”, Anota
Cole.
“A pesar de este enfoque sobre los
riesgos durante la práctica, el Hatha Yoga es una de las formas de “ejercicio”
más seguras”, dice Lewis Maharam, médico del deporte de Manhatan y director del
New York City Marathon. “Con frecuencia recomiendo Yoga a mis pacientes,
especialmente a los corredores, quienes tienen una fuerte tendencia a la
rigidez. Si ocurren lesiones en cualquier actividad –incluyendo yoga- casi
siempre tiene que ver con tratar de hacer mucho, demasiado rápido.”
Cómo sentirse cómodo en la práctica de
yoga
Según los yogas sutras de Patanjali,
la verdadera definición de una asana es una postura que es a la vez estable y
cómoda.
Pero, ¿cuántas veces te has
encontrado a ti mismo en la postura de la paloma con el deseo irrefrenable de salir de ella? Sus músculos se acalambran, piensas
en gritos de socorro, y tu mente te lleva a lugares que son tan incómodos hasta
que simplemente no puede soportarlo más y salís de la postura.
No te preocupes, es
perfectamente normal! Y mucho más fácil que luchar consigo mismo es mantenerse
en la postura. Aquí voy a recomendarte como preceder.
1. Respirar El primer paso, respirar.
Inhale, exhale. Inhale, exhale. Simple, o no tanto. Es natural para nosotros
contenemos la respiración durante momentos de estrés, confusión, o tareas
cotidianas simplemente. De hecho se requiere esfuerzo para respirar, me refiero
a realmente respirar.
Pero venir a nuestra respiración es primero. Esto nos
ayuda a encontrar esa conexión cuerpo-mente que es tan importante para aquietar
la mente (que es el paso 2). Cuando llegamos a nuestra respiración, nuestro
sistema nervioso parasimpático es tranquilo y consciente. Es como un masaje en
nuestro sistema nervioso. Basta con probarlo ahora. Concéntrese en su
respiración. Cierra los ojos. Luego, observar lo que sucede. Probable que su
mandíbula se aflojó, sus hombros se relajan hacia abajo y hacia atrás, y su
mente se vuelve más tranquila.
2. Aún tu mente está allí. Esto suena más fácil de lo que es. Y esta es
la belleza de yoga. Cuando te metes en una postura, las cosas están así. Tu
mente empieza a divagar. Tu cuerpo empieza a hablar con vos, que le recuerda
cualquier pequeña molestia. Se empieza a escuchar la charla en su mente, hasta
que le convence de cualquier mentira que está tratando de decirle. No, no se va
a morir en esta postura. No, no te va a matar para seguir en esa postura. Aquietar
la mente significa encontrar control. Y una vez que la mente se aquieta, que
puede estar disponible para recibir la información que realmente importa. Se
trata de "yoga chitta vritti nirodha", traducido al "yoga es el
dominio de aquietar la mente-materia." Una vez dominado, el verdadero Ser
brilla.
3. Sea Paciente Al igual que todos
los profesores decimos siempre en nuestras
clases ", milímetros son miles." Esto es cierto en el yoga-y en la
vida. El hecho de que no se puede entrar en una pose, no significa que no
aspira a ser algún día. Su cabeza no puede tocar las rodillas en Uttanasana sin
una ligera curva, pero cada día se respira en la postura, aquietar tu mente, y
encontrar la paz con su cuerpo, ese extra milímetro de extensión sólo podría
llevarlo a su borde. Y eso está logrando mucho.
4. Aceptar Las Limitaciones De Su
Cuerpo No todo el mundo estaba destinado a sentarse en loto. Este es sólo un
ejemplo, pero se obtiene lo que estoy diciendo. Todo el mundo tiene una
estructura diferente del esqueleto, musculatura, los ligamentos y la
flexibilidad. Por no hablar de todos los estilos de vida los factores que
influyen en nuestra capacidad de mover y doblar.
FUENTES:
PROFESORA TANIA SELIGMANN PARA: http://taniayoga.blogspot.com.ar/2009/05/flexibilidad-y-elongacion.html