Definimos la enfermedad
La palabra fibromialgia viene del latín y el griego: fibra (tejido conjuntivo), mio (músculo) y algia (dolor). Es un dolor en los músculos y del tejido fibroso (ligamentos, tendones, cartílagos…). Se trata de una afección reumática y se caracteriza por un dolor persistente a nivel músculo-esquelético generalizado en todo el cuerpo, fatiga extrema, rigidez en los músculos y tendones, dificultad para dormir, dolor de cabeza, problemas de pensamiento y memoria (lagunas mentales), que suelen impedir el funcionamiento rutinario de la persona.
Este dolor es difuso y con frecuencia los síntomas varían según la hora del día, el nivel de actividad, los cambios climáticos, las fluctuaciones hormonales, el estrés, la ansiedad, etc.
En unas ocasiones, el dolor empieza de forma generalizada, en otras en una parte concreta del cuerpo, cuello, codo, omóplatos, rodilla, etc. Las personas que lo padecen localizan el dolor en el esqueleto y músculos, y suelen decir: “Me duele todo el cuerpo”.
La fibromialgia puede ocasionar rigidez, sobre todo, al levantarse, sensación de hinchazón en manos y pies, gran cansancio durante el día y mala calidad del sueño durante la noche (que es ligero e inestable y a veces con pesadillas).
Ante esta sensación de rigidez, los enfermos suelen tener mala tolerancia al esfuerzo físico, tendiendo a volverse más sedentarios, esto hace que la masa muscular se empobrezca y, cada vez que se mueven, les duela más (círculo vicioso).
La fibromialgia es una enfermedad que, a nivel social y familiar, no está muy reconocida, esto provoca en el enfermo un sentimiento de aislamiento e incomprensión, lo que puede derivar a cuadros depresivos.
Los
fármacos tienen una eficacia parcial, ya que la sensación del dolor viene de
nuestra parte mental y, sin embargo, se suele prescribir analgésicos. Por ello es
aconsejable una vida sana, en contacto con la naturaleza, hacer ejercicio (nadar,
caminar, ir en bicicleta, practicar yoga, tai-chi), meditación y una dieta equilibrada
y sana para llevar mejor dicha enfermedad.
Tratamiento
multidisciplinar La fibromialgia necesita un abordaje multidisciplinar que va
más allá de la medicación. La persona afectada necesita un apoyo de
psicoterapia que le ayude a
conocer su enfermedad, su cuerpo y sus respuestas al dolor y al cansancio, el
manejo de sus emociones y a reorganizar su día a día en función de lo que pueda
hacer.La acupuntura también es muy útil para mejorar la sintomatología y la calidad de vida del paciente, ya que, curiosamente, los puntos dolorosos en fibromialgia coinciden con puntos energéticos de la medicina tradicional china.
La fisioterapia, desde la regulación de las actividades diarias, desde la reeducación postural y de la respiración, y desde indicaciones de determinados ejercicios, ayuda a recuperar la movilidad de estos pacientes. Las técnicas psicofísicas, como la sofrología y el yoga, han demostrado ser eficaces para poder reconocer la tensión que hay en cada zona dolorosa y ayudar a relajarla.
Aunque las causas aún no han sido bien aclaradas, se piensa que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental, traumatismo físico, exposición excesiva a humedad o frío, sueño deficiente o padecer una enfermedad reumática.
Muchos de los casos, empiezan después de hechos puntuales, como infecciones víricas o bacterianas, accidentes de automóvil, separación matrimonial, problemas con los hijos, etc. En ocasiones aparece después de tener enfermedades que debilitan el organismo tales como artritis reumatoide, lupus, aunque todo esto no parece que sea la causa, sino que despierta una anomalía oculta en la regulación de la capacidad de respuesta a determinados estimulos dolorosos. La ansiedad y la depresión no parece que sean la causa de la fibromialgia sino que se producen como reacción al malestar continuado que provoca la enfermedad.
La
fibromialgia ocasiona dolor músculo-esquelético generalizado, debilitamiento
intenso (adinamia) y hasta incapacitante (astenia); trastornos del sueño,
alteraciones del ritmo intestinal, rigidez en las extremidades superiores o
inferiores, y muy frecuentemente episodios depresivos acompañados de crisis de
ansiedad.
Los
sitios frecuentes en los cuales se presenta la fibromialgia incluyen la región
lumbar (espalda baja), cuello, tórax y muslos. La alteración de los músculos se
refiere a un calambre doloroso y localizado que en ocasiones se asocia con
otros problemas (embarazo, por ejemplo). En algunos casos se observa espasmo
muscular localizado.Los trastornos del sueño son muy frecuentes en pacientes con dicha patología. Estos trastornos consisten básicamente en abundantes pesadillas, sueño no reparador que puede ser el causante de un trastorno conocido como hipersomnia diurna, y gran cantidad de descargas dolorosas en los músculos durante el sueño.
Otros síntomas adicionales pueden incluir incontinencia urinaria, dolor de cabeza, migrañas, movimientos periódicos anormales de las extremidades (movimientos paroxísticos), en especial de las piernas (síndrome de pierna de gatillo), dificultad de concentración y dificultad para recordar cosas (mala memoria); también es frecuente un aumento de la sensibilidad táctil, escozor generalizado, resequedad de ojos y boca, zumbidos y campanilleos en los oídos (acúfenos), alteraciones de la visión (fosfenos) y algunos síntomas neurológicos de incoordinación motora. Se ha asociado a la Enfermedad de Raynaud como una manifestación clínica de rara presentación durante el curso de esta enfermedad.
Aceptar importantes limitaciones es difícil, sobre todo en los inicios de la enfermedad, y muchos enfermos/as tardan en aceptarlo, empeñándose en realizar tareas de la misma forma que antes de su enfermedad; esto es un error que lleva a empeorar cada vez más su salud, lo cierto es que algunas tareas tendrán que dejar de realizarse, mientras que otras habrán que llevarse a cabo de una manera adaptada y menos perjudicial para su salud, si quieren mejorar de su sintomatología.
Existen 18 puntos sensibles (tender
points).
Para
diagnosticar la fibromialgia, el médico debe valorar la historia clínica del
enfermo, así como los síntomas y la existencia de los denominados "Tender
Points", que no es lo mismo que los Puntos Gatillo o "Trigger
Points" del síndrome miofascial; existen un total de 18 puntos. Se
considera que puede haber una fibromialgia cuando al aplicar una presión de
cuatro kilogramos sobre dichos puntos, el paciente reporta dolor en 11 o más de
ellos. Esta técnica fue desarrollada por el American College of Rheumatology. Estos puntos se encuentran repartidos por todo el cuerpo: rodillas, hombros, cuello, glúteos, codos, cadera, etc. En todo caso, este criterio fue inicialmente adoptado como forma de "definición de caso", razón por la cual el diagnóstico requiere de una evaluación minuciosa por parte de un médico especializado en enfermedades reumáticas (reumatólogo).
No existen pruebas de laboratorio disponibles para realizar el diagnóstico de la fibromialgia. El diagnóstico es clínico y se establece por exclusión de otras patologías y por la presencia de síntomas y signos característicos.
La
fibromialgia se confunde frecuentemente con otros padecimientos reumáticos
diferentes como el Lupus Eritematoso, el Síndrome de fatiga crónica,
deficiencia de vitamina D o B12, la Polimialgia Reumática o el Síndrome de
Sjögren; por lo cual el diagnóstico diferencial es fundamental para el futuro
del paciente, pues tanto el enfoque diagnóstico, como pronóstico e incluso
terapéutico, son diferentes para cada padecimiento.
Uno de los objetivos más importante de la práctica yóguica, trata de poner en marcha un "proyecto de realidad" encaminado a tomar conciencia objetiva de lo que ocurre tanto dentro de uno mismo como en todo lo que forma parte del contexto de vida real de una persona, para, progresivamente, desarrollar los mecanismos de equilibrio y serenidad que permiten, por un lado, el desbloqueo físico, la distensión muscular, la mejora del sistema respiratorio, endocrino...; y por otro, la expansión psíquica, el control de las emociones, la mejora del sistema nervioso y, en general, la armonía y la salud mental.
Los mecanismos implicados en la Fibromialgia atañen a todos los aspectos de la vida. "Mialgia" significa dolor muscular y "fibro" hace referencia a tejidos fibrosos, es decir, tendones y ligamentos. Si partimos de la base de que esta enfermedad pone en tensión continua los músculos de todo el cuerpo, especialmente los localizados en el cuello, espalda y piernas, estaremos en disposición de comprender el alcance que dicha sensación puede tener, no solo en el cuerpo, sino en la mente y, como consecuencia, en la vida de quien lo padece.
El cansancio constante es la repercusión más inmediata que provoca la rigidez muscular generando estados de fatiga crónica que, a su vez, impiden el descanso adecuado y regenerador. Tengamos presente que la actividad onírica (el sueño) es una función indispensable para el buen funcionamiento del ser humano. Las técnicas de relajación y meditación de la tradición yóguica están encaminadas a la consecución de un estado total de relajación física y mental produciendo cambios importantes en el sistema nervioso y procurando la distensión y el descanso profundo de los músculos del cuerpo.
Es
fundamental tener en cuenta que los beneficios del Yoga son mayores cuanto más
constante es la práctica. En el caso particular de los enfermos de
fibromialgia, se impone una mayor fuerza de voluntad dada la fatiga y el
cansancio constante que padecen, así que, se aconseja siempre una inmersión
progresiva y el apoyo persistente del profesor de yoga teniendo en cuenta las
características individuales.
•
La respiración diafragmática que consiente y asegura la atención y la
concentración necesaria para encontrar el punto que permite la "no
acción" y la eliminación de la rigidez: relajación del cuerpo y la mente.
Este ejercicio es fundamental a la hora de
combatir el dolor porque no olvidemos que la mente domina las funciones de todo
el cuerpo. La respiración yóguica permite un control consciente de las
frecuencias cerebrales. Según algunos estudios electroencefalográficos
realizados durante el sueño de un paciente fibromiálgico, éste mantiene una
actividad similar a las ondas en frecuencia de alerta (beta). El ejercicio que
permite permanecer y desarrollar ondas alfa es una de las ayudas más
importantes que el Yoga propone para esta enfermedad.
•
El ejercicio físico. Sobre este punto, las técnicas yóguicas tienen mucho que
decir. Es evidente que si hablamos de una enfermedad cuyo primer síntoma
relevante es la tensión muscular, el sentido común nos dice que una actividad
que aumente dicha tensión, se verá, rápidamente, como un empeoramiento de las
manifestaciones de rigidez. Esto es todavía más extremo en el caso de las
personas con fibromialgia ya que el aumento de tensión muscular provoca en
ellos una disminución de riego sanguíneo y, por lo tanto, un déficit de oxígeno
y una menor capacidad de soportar el esfuerzo. Por otra parte, la inmovilidad
total sería causa de atrofia progresiva de articulaciones y músculos así como
de aumento del dolor.El ejercicio que propone el Yoga se revela ideal en esta situación. En Yoga, cada movimiento y estiramiento se producen desde la relajación y son acompañados por una respiración que, a su vez, ayuda en dos direcciones: hacia la actividad y hacia la distensión total del músculo. Es la actividad vivida desde la relajación. Esto exige comenzar desde cero, es decir, aprendiendo a relajar y a respirar para después ir introduciendo suaves ejercicios que consientan progresar adecuadamente.
• La reeducación de la mente a través de la meditación. Las técnicas de concentración y percepción tienen como objetivo evitar los factores agravantes. Estos factores se refieren, sobre todo, a la influencia que tienen sobre la psique del paciente las tensiones normales o excepcionales de la vida.
• La canalización y el control de las alteraciones psicológicas causadas por los cambios que la enfermedad produce en la persona. Mediante el aprendizaje de la respiración consciente y la relajación, así como de un ejercicio que permita volver a recuperar la elasticidad y la capacidad de esfuerzo, el paciente puede lograr estados de serenidad que repercuten en la distensión total de los músculos del cuerpo, reconducen las emociones y, al fin, proporcionan una calidad de vida mayor.
Práctica Yóguica
La
práctica que se propone tiene varias fases. Se pueden ir adoptando en la medida
en que cada persona se sienta preparada.
Es muy importante marcarse un objetivo. Ese objetivo debería contener el paso
de una fase a otra progresivamente y el número de veces a realizar cada
ejercicio. Por ejemplo: la primera semana alguien puede limitar la práctica a
la fase nº1: aprender a respirar y controlar la respiración. Cada día puede ir
aumentando el tiempo hasta llegar a respirar conscientemente durante 5/7
minutos. La segunda semana, una vez que la respiración se controla, puede
probar la relajación: mantiene ya los 5 minutos de la primera fase pero además
prepara la segunda y aumenta el tiempo de ésta de una día para otro. La
relajación puede llegar a durar incluso 15 minutos. Cuando se está preparado,
pasa a la tercera fase y sucesivas.
Lo
mejor, sin duda, es la ayuda de un buen profesor de Yoga con el que instaurar
una relación individualizada. No es aconsejable acudir a un centro e integrarse
en las clases habituales que impartan porque, normalmente, están diseñadas para
personas sanas y exigen un esfuerzo que, aunque se controla con la relajación y
la respiración y forma parte de la práctica, se presenta, en principio,
perjudicial para comenzar en los casos de personas con fibromialgia.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon (Estados Unidos). "Investigaciones previas sugieren que el tratamiento más exitoso para la fibromialgia incluye una combinación de medicación, ejercicio físico y el desarrollo de las habilidades psicológicas necesarias para tolerar la enfermedad. En nuestro estudio nos enfocamos en el yoga para determinar si puede ser considerado un tratamiento recomendable y hasta qué punto puede ser beneficioso", dijo James Carson, uno de los autores.
Aunque no se conoce una cura el tratamiento alivia los síntomas. La terapia para la fibromialgia generalmente incluye medicamentos, actividad física, alimentación equilibrada y ayuda psicológica para aprender a lidiar con los síntomas.
Para
averiguar el rol del yoga como posible aliado contra la enfermedad, los autores
trabajaron con 53 mujeres con fibromialgia. La mitad de ellas realizaron yoga
durante dos meses, por lo cual hicieron posiciones suaves, meditaron, se
concentraron en la respiración y formaron grupos de discusión. El segundo grupo
recibió la medicación de rutina para esta patología.
"Probablemente
los resultados fueron exitosos gracias al fuerte compromiso de las voluntarias,
que no faltaron a las clases y mostraron una muy buena predisposición a
practicar yoga también en su casa. Considerando estos hallazgos, creemos que se
deben realizar más estudios que avalen el uso de esta disciplina como
terapia", dijo el especialista.
El Yoga es beneficioso para
Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica
Las personas con fibromialgia (FM) y síndrome
de fatiga crónica (SFC) en general tienen dificultad para realizar
ejercicios. Estos pueden drenar toda
nuestra energía y causar otros síntomas o crisis. Debido a esto, los médicos
recomiendan cantidades moderadas de ejercicio suave. El yoga es una de las formas más comúnmente recomendada de ejercicio para FM y SFC, ya que es una buena y suave forma para estirar el cuerpo y relajar músculos tensos y articulaciones. Además ayuda con el equilibrio y la fuerza, y a medida alcances niveles más avanzados, puede llegar a proporcionar un entrenamiento cardiovascular.
Algunas
personas tratan el yoga como un ejercicio, pero cuando se hace de la manera
tradicional, que enfatiza la respiración controlada y la conciencia, también
puede ayudarte a relajar, calmar y enfocar tu mente, y hacerle frente a los
trastornos emocionales.
Algunos
expertos afirman que el yoga proporciona más energía al cuerpo de la que toma,
lo que lo hace ideal para condiciones relacionadas con fatiga.
Muchas
personas piensan que el yoga es solo estiramiento. Pero mientras que el
estiramiento está ciertamente involucrado, el yoga trata realmente acerca de la
creación de equilibrio en el cuerpo mediante el desarrollo de la fuerza y la flexibilidad. Esto se logra a través
de la realización de poses o posturas, cada uno de las cuales aporta una serie de
beneficios físicos. Las posturas se pueden hacer rápidamente en sucesión, creando calor en el cuerpo a través del movimiento (yoga estilo vinyasa) o más lentamente para aumentar la resistencia y perfeccionar el alineamiento de la pose. Las posturas son una constante, pero el enfoque hacia las mismas varía según la tradición en la que el maestro haya sido entrenado.
Para
contrarrestar el malestar post-esfuerzo, en lugar de añadir más poses a una
sola sesión, puedes añadir una segunda sesión al día. Al trabajar en periodos
cortos con períodos largos de descanso entre ellos, es posible que seas capaz
de lograr más, sin provocarte malestar.
Debido
a que vas a comenzar muy lentamente, es probable que desees hacerlo por tu
cuenta o con un instructor personal (si tienes la posibilidad). Si estás
realizando un programa auto-guiado, asegúrate de entender completamente las
posturas antes de intentarlas, y asegúrate de comenzar con las más sencillas,
especialmente aquellas que se realizan tendidos sobre el suelo. A medida que
añades posturas verticales o de pie, ten en cuenta que muchas personas con FM o
SFC son propensas a marearse, especialmente al ponerse de pie. Si te enfocas
principalmente en posturas que sean acostados, sentados o de pie en una
posición muy estable, debes ser capaz de mantener esta postura sin que sea un
problema y a la vez, evitar lesiones por caídas provocadas por mareos.
Aunque
se trata de una práctica milenaria, ha sido en los últimos años cuando el yoga
ha empezado a despuntar por sus posibles efectos beneficiosos sobre la salud de
las personas que sufren fibromialgia. Ahora, un nuevo estudio, publicado en
'Journal Pain', confirma que esta actividad puede aminorar el dolor en un 24%,
la fatiga en un 30% y la depresión en un 42%.
Según
los autores de esta investigación, de la Universidad de la Salud y Ciencias de
Oregón (EEUU), "dirigimos este estudio para determinar si practicar yoga
debería considerarse como tratamiento indicado en este tipo de pacientes".
La
investigación se centró en 53 mujeres con fibromialgia. De forma aleatoria, se
dividieron en dos grupos. Uno participó durante ocho semanas en un programa de
yoga, lo que incluía "meditación, ejercicios de respiración y de
flexibilidad". El otro grupo recibió la medicación estándar para paliar
los síntomas de la fibromialgia. Después de comparar el 'antes' y el 'después' de cada participante y los resultados entre ambos grupos, los investigadores observaron que el yoga combatía significativamente un gran número de síntomas propios de la fibromialgia. Por ejemplo, comentan los responsables de este trabajo, "redujo las alteraciones del sueño en un 23,9%; la depresión, en un 41,5%; la pérdida de memoria, en un 25,2%; la ansiedad, en un 42,2%".
Como señala Javier Rivera, en estos pacientes no sólo es importante el tratamiento farmacológico (analgésicos, antidepresivos y anticomiciales), también "les recomendamos ejercicio. Cuanto mejor esté el paciente físicamente, mejor aguantará el cansancio". Además, el apoyo psicológico les será de gran ayuda. "Al ser una enfermedad crónica, hay que enseñarle una serie de técnicas para vivir con la enfermedad y afrontar el día a día".
Practicar
yoga tiene una doble faceta: la física y la relajación. Según estudios
anteriores, matiza el doctor Rivera, "los ejercicios de flexibilidad no
han demostrado eficacia de forma aislada (el deporte aeróbico sí transfiere
mejoría). Lo que realmente mejora a estos pacientes son las técnicas de
relajación, que reducen de forma significativa el dolor".
FUENTEhttp://www.encuentrosdeyoga.com/articulo5.htm
http://jovenesdeltercermilenio.blogspot.com.ar/2012/05/fibromialgia-el-yoga-alivia-los-tan.html
http://fibromialgico.blogspot.com.ar/2011/08/la-yoga-es-beneficiosa-para.html
http://www.integralcentremedic.com/376_1104_LM_Fibromialgia_y_yoga.pdf
http://centroganesha.com/2008/02/fibromialgia-y-kundalini-yoga-como.html
http://www.complejob.net/2012/06/fibromialgia-causas-sintomas-y.html
http://uncafecito.bligoo.cl/fibromialgia-y-el-tratamiento-multidisciplinario
Sinopsis: La fibromialgia es una afección crónica relacionada con la artritis y caracterizada,entre otros síntomas,por dolor y rigidez musculares crónicos,sensibilidad de los tejidos blandos,cefaleas,mareos,náuseas, trastornos cognitivos,fatiga y trastornos del sueño.Shoosh Lettick Crotzer presenta la alternativa del yoga para abordar estos síntomas.Su programa global de veintiséis posturas de yoga ilustradas,técnicas respiratorias y sesiones de visualización y relajación guiadas pueden practicarse a cualquier edad y con cualquier experiencia del yoga.
Datos del libro
- Editorial: TUTOR
- Lengua: ESPAÑOL
- Año edicón: 2010
- Plaza de edición: MADRID
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