30 diciembre 2011

SOLTAR, LIBERAR, PERDONAR, ENCONTRAR LA PAZ…


En nuestra vida tenemos ataduras que no nos dejan evolucionar, son como sogas que nos mantiene cerca del suelo y no nos dejan volar.
Son recuerdos, experiencias, sentimientos, anhelos incumplidos, frustraciones que nos van pesando y no nos permiten disfrutar plenamente de nuestra vida y de vivir el “aquí y ahora” ya que hace que nuestras mentes estén como “enganchadas” consiente o inconscientemente con esas situaciones que forman parte del pasado cercano o lejano pero pasado al fin y que ya no tiene solución o por lo menos no hay manera de cambiarlas.
Si pudiéramos perdonar encontraríamos que la felicidad es posible, pues unes, sana, libera, calma el dolor espiritual, abre puertas, descubre un interior mío que no conocía, me permite vivir en el presente, por lo tanto me hace conectar con la realidad, con el “aquí y ahora”…
Hay que comenzar a entender que la ofensa, el fracaso, el dolor pertenece al pasado. Solamente si  “los libero y los dejo ir” podré abrirme a este momento, sin un pasado que lo distorsione.  No hay que encadenarse al pasado.


Los sentimientos están provocados por los pensamientos. Lo que hacen los otros sucede en el exterior, no me daña si no le doy entrada. Yo soy quien maneja la puerta de mi interior. Es mi propio pensamiento lo que me lastima.
Hay un dicho popular que dice “hay que tomarlo como de quien viene” y se refiere a los actos, palabras y pensamientos de los demás. Seguramente que algunas actitudes nos lastiman más que otras de acuerdo a quien sea su autor. Pero igualmente nosotros somos quienes tenemos el poder de que nos lastime o no el accionar de los demás.
Yo puedo elegir entre vivir conflictuado y lleno de miedo y rencor o vivir en paz y sin remordimiento.
Debo entender que “el mundo no está en mi contra”, que nos soy la victima de los demás o de esta vida.
 Si tengo voluntad de perdonar y de dejar ir puedo aprender mucho sobre mí mismo.
Cuando la conducta de alguien me altera o me duele, me pregunto qué pensamientos sobre mi o sobre el mundo se están viendo afectados. Asi puedo amarme y aceptarme como soy, amar y aceptar al otro también como es,  dejar de ser “víctima”, y aumentar mi nivel de conciencia y lucidez.
     Perdonar, soltar, dejar ir, liberar es…
Es quitar las barreras que impiden que el amor fluya dentro de mí y hacia los demás.
 Es soltar las expectativas que tuviera sobre otra persona, para amarla y aceptarla como es.

Es comprender en lugar de juzgar.
Es reconocer que soy el director de mi vida; que soy yo quien decido cómo me quiero sentir.
Es aumentar mi nivel de conciencia.
Es soltar el pasado para vivir plenamente el presente.
Es soltar la “ofensa” y el “dolor” porque no me vale la pena retenerla.
El perdón no sólo es necesario para la salud espiritual de la persona, sino para la salud integral.
Esta comprobado científicamente que el dolor, el rencor, el fracaso, la ira y la furia enferman y  puede desembocar en una baja de defensas y de allí a cualquier enfermedad, desde HIV hasta cáncer.
Médicos eminentes como Carl Simonton, Bernie Siegel, y Gerald Jampolsky, entre muchos otros, así lo sostienen: cuando no se perdona, la energía adversa generada por el rencor, impide que el sistema inmune funcione y se hace más difícil mantener o recuperar la salud.
Cuando la muerte llega, el perdón adquiere una relevancia especial. Es la diferencia entre soltar el lastre y liberarse o permanecer encadenado. Y se aplica tanto al que muere como al que vive la muerte de un ser querido. Esto lo he aprendido tanto de mis vivencias personales como del contacto que he tenido con personas en proceso de muerte y sus familiares.  He visto la enorme importancia.  De perdonar al que se está yendo, incluso perdonarlo por   morirse y dejarnos, para facilitarle así, a él y a nosotros, su partida.            
* De perdonarme  también a mí y a otros por permanecer vivos.
* De perdonar a los que hace tiempo murieron.
* De perdonarme a mi misma en mi relación con la persona que está muriendo  o murió.
* De perdonar a la “causa” de la muerte: Dios, la enfermedad, el asesino, el suicidio, la situación angustiosa, el médico.
* De perdonar la diferente manera de vivir el duelo de cada miembro de la familia o de los amigos.
* De perdonar a la vida por desatenta y a la muerte por intrusiva….
 En mi experiencia he visto que hay factores que suelen dificultar el que la muerte se acepte en paz y el que se den los perdones que antes mencioné. Por ejemplo:
*Mis expectativas inconscientes de que el ser querido viviera junto a mí para siempre, o por lo menos más tiempo, o hasta que sucediera tal o cual acontecimiento
*Mi interpretación de lo que quien murió dejó sin terminar. 
*Ver la muerte del otro desde mi punto de vista, creyendo que coincide con el de quien murió.
 Ver la muerte por la ventana del miedo, de la extinción total, del castigo, de la separación.
Centrarme en mi y no en el que muere; más en mi dolor por su ausencia que en su bienestar.

La culpa: de lo que hice y de lo que no hice, del tiempo perdido, de las oportunidades dejadas pasar, de las palabras dichas, o las calladas, de lo que ya no fue ni podrá ser.
Haber entregado las llaves de mi interior: creer que la persona muerta tiene el poder de hacerme feliz o infeliz, de darle o quitarle sentido a mi vida. Creer que no puedo ser "yo" si él o ella no están… Cuando tengo con otra persona una relación de dependencia, creo que mi bondad y razón de ser radican en atenderla, darle, proporcionarle algo, o en que me atienda y dé a mí. Y si ese alguien desaparece, es como si mi bondad y sentido de ser desaparecieran también, como si yo sola no pudiera salir adelante.


Juzgar a la muerte injusta y sentirme su víctima: porque no cerré el ciclo a tiempo, porque ya no lo podré hacer, porque no logro perdonar ni perdonarme, porque necesito al otro y dependo de él.
También he visto que hay factores que allanan el camino, facilitan vivir en paz la muerte propia o ajena, facilitan perdonar, e incluso propician  el que ni siquiera se necesite el perdón:
* Descubrir que vida y cuerpo no son lo mismo. Que la vida no se extingue cuando el cuerpo se apaga. Que nuestra esencia es una energía amorosa que rebasa tiempo y espacio.
·    Vivir desde el amor y no desde el miedo.
·    Vivir plenamente el presente,  de manera que no me queden asuntos pendientes.
·    Vivir mi vida, no la del otro. Y dejar que él viva la suya.
·    Ejercitar habitualmente el perdón con este enfoque de comprender, aceptar sin juzgar, saberse unidos, crecer...
·    Vivir relaciones de amor, no de dependencia, con una clara autoestima.  De esta manera reconozco que soy valioso y que puedo dejarte ir y seguir siendo yo.
·    Vivir en la confianza de que sigo unido a mí ser querido porque lo llevo dentro y no hay verdadera separación.

  Perdonar a las demás personas es darle la oportunidad a nuestro corazón de encontrar la tranquilidad. Perdonar es aceptar que la felicidad se manifieste en nuestra alma y estar dispuesto a aceptar a los demás tal como son.
 Perdonar tiene como único propósito sacar del corazón esos enojos que nos ahogan.
El perdón es para beneficio mío, no es para beneficio de la persona que me provocó la molestia. Si pienso que tengo una pelea con otro, y perdonar es aceptar la necedad del otro y yo perder la pelea, entonces estaré muy alejado del verdadero propósito del perdón y será necesario volver a replantear su significado.
 Perdonar no es para quedar bien, perdonar no es para darle la razón al otro, perdonar no es para que vean que soy buena persona, perdonar no es para aceptar perder una pelea, perdonar no es para hacer sentir bien a otra persona… Perdonar es para sacar del corazón esos enojos que nos atormentan en mayor o menor medida. Es el único propósito, no hay otro.
 Perdonar es dejar atrás lo que sucedió en el pasado y ver el ahora con un nueva cara. Perdonar no necesariamente es olvidar, pero si aceptar que lo que nos hicieron fue provocado por un enojo innecesario de la otra persona y que yo no debí haber atraído a mí en ese momento. No es ignorar ni desquitarse, es solamente comprender que de las experiencias del pasado nace un nuevo ser en futuro a través de la madurez del presente.
 Algunas veces que recordemos el daño que nos hizo esa persona, es probable que nos enoje, que nos haga sentir mal, pero si cada vez que recordemos este momento dejamos de darle vueltas en nuestra mente y comprendemos que esta persona también se hizo daño, entonces estaremos dando los primeros pasos para comprender que es necesario perdonar. Es necesario no darle energía a esos pensamientos negativos que nos lastiman.
 Perdonar es vernos sólo a nosotros mismos y querer superarnos a nosotros mismos. Es dejar de desquitarse, es dejar de vengarse, es quitar de la mente el daño que nos hizo esa persona.
 Si logramos comprender éste propósito, lograremos comenzar a comprender que, cuando decidamos perdonar, no necesitaremos decirle a la persona que nos dañó que la vamos a perdonar, porque el perdón es sólo para beneficio nuestro.
 Cuando alguien hace algo que nos causa daño, el daño fue causado porque tocó una herida en nosotros, nos duele, nos enojamos, y mantenemos el enojo por horas, días, meses, años… o por siempre. La reacción de la otra persona fue sólo por reflejo, sólo reaccionó. Posiblemente la otra persona ya no se acuerda lo que pasó, posiblemente la otra persona hasta ni hace caso a nuestras reacciones, mientras nosotros nos llenamos de rencor y amargamos nuestro corazón.

 Sea quien sea la persona que provocó el enojo en nosotros, no tiene caso mantener ese sentimiento en nosotros si está causándonos daño y nos está alejando de la libertad interior. No tiene caso castigarme porque otro se portó mal. Su comportamiento sólo fue el reflejo de su herida interna, y si no perdono es porque creo que “perdonar es perder”.
Perdonar es aceptar que la paz llegue a nuestro corazón, cuando no perdonamos bloqueamos nuestro corazón para no recibir bendiciones de la vida y rechazamos la felicidad. Perdonar es el inicio de la libertad interior y la aceptación de los sentimientos positivos en nuestra alma.
 A ponerlo en práctica:

Pensa en cada persona que consideres que te ha hecho daño, pensa en tus padres, hermanos, hijos, pareja, amigos, jefes, compañeros de trabajo, vecinos…Luego deci: “Si lo perdono, no pierdo ni gano, sólo doy paz a mi corazón. Perdonar es sólo para mí, no es para los demás. No necesita saber nadie que ya te perdoné, sólo necesito saber que acepté que la paz entre en mi corazón. Y si mi corazón me dice que te diga que te perdoné, entonces lo haré.”

Utiliza este método para las meditaciones, recorre uno a uno a quienes en el pasado cercano o lejano te han hecho sentir desdichado, te han ofendido, te han maltratado y luego soltalo, liberalo, perdónalo….te aseguro que la paz comienza a entrar en tu corazón y la felicidad se hará evidente en ti vida de hoy en el “ayuí y ahora”…
Achtli Bayardi Rosas DICE: “Existen tres pasos muy importantes para la superación de uno mismo.
La primera es: PERDONAR, de corazón. ¿Cómo saber que lo has hecho? Porqué en tu interior no hay rencores ni remordimientos y puedes dar una segunda oportunidad, cuando ves el interés de la persona que te lastimó. Si esa persona no pide una segunda oportunidad y solo pide tu perdón, no hay que sentirse mal, puesto que al menos reconoció que cometió un error, es de humanos hacerlo y el hecho de que alguien no te quiera como uno quisiera, no significa que no te quiera. Pero si esa persona no pidiera perdón, hay que dárselo de todas maneras, puesto que el perdonar purifica tu alma y hay que pensar que, a pesar de lo que haya pasado, esa persona te hizo sentir la persona más feliz de este mundo y te hizo pensar que no te faltaba nada. Durante algún tiempo así fue y es eso lo que nos tenemos que llevar, lo bueno de las cosas y nunca lo malo, puesto que lo malo solo hay que retenerlo en la mente como experiencia y aviso de no volver a cometer el mismo error. Con esto no me refiero a que el amar y entregarlo todo sea un error, sino que a veces hay que tomar tus debidas precauciones y conocer bien a la persona, antes de decidir regalarle tiempo de tu vida y reservarle un lugar especial en tu corazón.
Perdonar es difícil, cuando tienes que hacerlo con alguien más que indispensable en tu vida. Pero no es imposible. A veces, cuando amamos decimos, te perdono, pero en realidad lo decimos porque seguimos cegados por su amor. Eso no es perdonar. El perdonar toma tiempo, perseverancia, sufrimiento, pero llega un día en que te acuerdas del dolor causado en el pasado y en el presente ya no te duele. Eso, es perdonar. Algunas veces, a quienes tenemos que perdonar es a nosotros mismos. No seamos tan crueles con nosotros, equivocarse es de humanos y si esa persona era para ti, te sabrá perdonar y si no puede hacerlo, algo mejor te espera, no te lastimes con el pasado, ni temas al futuro, mejor aprovecha el presente.
DECIR ADIOS es lo peor que te puede pasar cuando tú no quieres decirlo. Pero no puedes retener a las personas junto a ti, condenándolas a la infelicidad. Cuando amas a alguien deseas su bienestar cierto?  Entonces, no lo condenes a esa vida efímera y rutinaria. Si es lo mejor para esa persona, tienes que aceptarlo, dejarlo ir y pedir porque le vaya bien en su vida. A veces, es mejor decir adiós de tal manera, que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos y no seguir con una relación destinada al fracaso, en la que ambos resultaran lastimados. Saber decir adiós a tiempo, es lo que muchas veces tenemos que aprender, porque a veces afectan a terceras personas. Piensan que no se dan cuenta, grave error: son los que más pueden ver las cosas, por eso es mejor la separación en muchas ocasiones. Recuerden que, para que querer alcanzar la luna, si podemos alcanzar las estrellas. Lo que quise dar a entender, es que hay que buscar siempre las cosas grandes y no las pequeñas, lo imposible y no solo lo improbable, porque quien no suena, nunca logra nada significativo en su vida, piénsenlo porque es mejor una palabra a tiempo que cien a destiempo.

OLVIDAR, el último paso y el más difícil. En el momento, nos sentimos morir y pensamos que jamás podremos olvidar. Grave error, porque nosotros podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Muchas veces, cuando no podemos olvidar a alguien y ya ha pasado más de un año, es porque no queremos hacerlo y nos aferramos a su recuerdo por razones que a veces hasta nosotros mismos desconocemos. El querer es poder, en el momento en que decidan dejar de sufrir por alguien que no lo hace por ti, en ese mismo instante empezaras a olvidar, porque estoy consciente de que no es algo que puedas hacer de la noche a la mañana. Es un enorme camino que recorrer, pero aunque a veces no le encontremos fin, si lo tiene, por eso les recomiendo hacer lo que yo: dos pasos para adelante y uno para atrás, porque por más que queramos, en el proceso vamos a tropezar infinidad de veces, lo importante es que avances más de lo que retrocedes y que no te pierdas en el camino. Ya que es como una tortura el camino del olvido, porque nos reprochamos cosas que no tienen coherencia y nos cuestionamos tantas cosas, que nunca nadie nos va poder responder. Solo estamos perdiendo nuestro tiempo, con el simple hecho de pensarlas.
Lo mejor que podemos hacer, es arrojar los porqués al viento y seguir adelante, no hay que permitir estancarnos por pequeñeces, piensen que lo mejor aun no viene y espera por nosotros. OLVIDAR es una palabra que deseamos no usarla nunca, pero desgraciadamente hay que hacerlo. Por eso, cuando tenemos a alguien que amamos, no hay que ponernos limites, hay que disfrutar cada instante que pasamos a su lado, porque nunca sabes cuando será la ultima vez, hay que entregar lo mejor de nosotros, de tal manera que cuando llegue a su fin, no nos arrepintamos de nada.
PERDONAME, DIME ADIOS Y OLVIDAME Es difícil y duro, pero ni eso nos derrota, puesto que a pesar de los fracasos, seguimos de pie.”

CONCEPCIONES FALSAS SOBRE EL PERDÓN: 1. Perdonar es olvidar.
2. Identificar el perdón con la negación.
3. Identificar el perdón con una acción exclusiva de Dios.
4. Identificar el perdón con la renuncia a que se haga justicia.
5. Creer que perdonar es volver a la situación que se vivía antes.
6. Identificar el perdón con la justificación.
7. Identificar el perdón con no cambiar mi comportamiento con la persona

 Rodrigo Joaquín del Pino reflexiona acerca de este tema:
 “Quizá pocas personas vivencian la plenitud del momento presente, pero muchas están creando el ambiente para hacerlo. Los instantes de quietud nos posicionan como observadores imparciales dentro del drama en el espacio-tiempo. Encontramos nuestra identidad real en un instante de quietud, lo cual demuestra una contraposición con las imágenes articuladas por el ego acerca de nosotros mismos, por eso es necesario soltar esas imágenes. El ego inventa el futuro a través del deseo y fabrica el pasado a través del lamento. Pero ni el pasado, ni el futuro existen en verdad, son sólo presentes recordados o anhelados.
Pensar, sentir y desear son facultades de la mente menor. La mente mayor no está asociada a los sentidos del cuerpo. Aunque pensar, implica estar en el pasado, es difícil reconocerlo. Nos resulta arduo comprender que nuestra mirada convoque ineludiblemente al pasado. Aun así, estar en el momento presente, y sentir ese instante, requiere soltar pensamientos de separación como una práctica constante. Nuestra mirada está construida a través de numerosas asociaciones subconscientes que nos llevan a registrar formas, colores y demás patrones que hacen de todo el conjunto, un recuerdo. Es por eso que no pensar nos relaja, y al principio de la práctica la persona se duerme. 

El silencio nos remonta a un estado desconocido pero de insondable paz. Mirar este mundo y declarar “no entiendo nada”, nos abre los portales a un nuevo reino, sin límites. Aunque vamos contactando con un torbellino de pensamientos atrasados, un ser profundo parece darnos la bienvenida. En ese estado el ego ya no puede etiquetar ni nombrar a los objetos como antes. Hay una ciencia en Oriente que enseña por medio de la repetición de mantras (sílabas sagradas) a salirnos del tiempo lineal y su condicionamiento. El libro Un curso en milagros nos brinda una guía invaluable para el desasimiento del ego. La idea detrás de los sistemas de meditación tradicionales es soltar las creencias fabricadas por el ego y así limpiar las estructuras de pensamiento basados en el temor.
Las sensaciones de temor, culpa o ira deben ser liberadas por nosotros a través de la observación detenida y una aceptación profunda en la calma de nuestros días. Pero en general, nuestro ego cubre con placeres efímeros estas sensaciones que vienen del pasado, o las sostiene día tras día justificándolas como preocupaciones “razonables” dentro de un mundo de supervivientes. No las enfrenta en la mente para verlas, aceptarlas y liberarlas. De esta manera, las asentamos y nos demostramos que son reales y temibles. Esta evasión en nuestra mente permite que se sigan manifestando realidades o sucesos que son exactamente aquellos que no queremos y que luego criticamos duramente en el mundo.
El ego emite constantemente declaraciones para tapar la verdad más obvia: “Tienes todo y no necesitas más que reconocer tu compleción o abundancia”. El ego busca completarse con cada compra, con cada relación, con cada ganancia y con cada mención, pero nunca lo logra. Esto sucede porque el ego fue engendrado justamente como portavoz de la ilusión de escasez y de la creencia de haber ofendido a Dios. Así que buscar la felicidad en el mundo que ve el ego es la mejor garantía para la infelicidad.
Somos completamente nosotros cuando soltamos todas las conductas defensivas, aprendidas en el mundo de los egos. Tenemos una real experiencia de quienes somos cuando soltamos todos los significados viejos de la mente y nos sentimos bien sin causa aparente. Para algunos muy adheridos a lo falso, soltar les puede causar vértigo e incomodidad, pero sólo hasta que tomen experiencia. En verdad, las defensas del ego únicamente nos ocultan de la luz radiante de nuestra impecable identidad real, ahora velada por una culpabilidad inventada.”   

La escalera hacia el olvido y el perdón
1. Reconoce tus sentimientos aunque sean súper dolorosos, hacer como que no los sientes es muy dañino. Date la oportunidad de experimentar la tristeza y enojo verdaderamente y verás que con el tiempo la intensidad de estas emociones disminuye.
2. Recuerda que todos cometemos errores y aunque creas que tú jamás hubieras lastimado así,  han existido momentos en tu vida en los que has sido egoísta y has causado dolor a otras personas, aunque haya sido sin intención. Lo que pasó, probablemente, fue un error de la persona y jamás quiso lastimarte.
3. Libera tu resentimiento y entiende que fijarte en el enojo y la tristeza te daña a ti más que a nadie -incluyendo a la persona que te lastimó-. Es mucho más importante que te concentres en ser feliz y no en aferrarte a que alguien te hizo daño.
4. Date un espacio porque aunque aún ames a la persona y no quieras terminar con él, necesitas estar sola por un tiempo para entender las cosas, ver el problema desde afuera y experimentar el proceso. Pensar claramente es difícil si la persona que te lastimó está contigo todo el tiempo.
5. Ponte en su lugar aunque sea lo más difícil que tengas que hacer en tu vida, pregúntate si puedes ver por qué hizo lo que hizo. No tengas miedo: que encuentres la explicación no significa que sus acciones se justifiquen, y el entendimiento te liberará de las dudas que circulan por tu mente.
6. Deja ir el pasado, aunque llores y grites y vuelvas a llorar, lo que pasó no puede cambiarse, no importa cuánto quieras que no hubiera ocurrido. Concéntrate en qué vas a hacer a partir de ahora.
7. Recuerda que nada es imperdonable y esto no significa que tengas que seguir tu relación con alguien que te lastimó si tú no quieres. Lo que quiere decir es que siempre eres capaz de perdonar, por más horrible sea tu dolor hoy, el tiempo cura cualquier herida y pronto volverás a ser feliz.
SOLTAR AMARRAS
Aquí dejo todo lo que me hace daño.

Es tiempo de ser más fluido con la gente, conmigo misma.

Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine

y me sacuda; que se lleve el resentimiento,

que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mi misma, ya me reté bastante.
Fueron muchas las piedras que yo misma puse en mi camino; puentes dinamitados.
Para autocastigo ya estuvo bien;
elijo el camino de la aceptación;
es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero,
con el alma transparente, y espíritu tranquilo.
En mi vida a partir de ahora, lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie, no agregaré centímetros a mi estatura.
Es hora de levar anclas...
De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene que ser como yo quiera; así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida. ¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonarme.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero. Tener razón es el peor de los desgastes,
pues te quita el sueño intentando corregir el universo.
Es hora de solar amarras, de confiar en el universo y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.
Quiero comenzar de nuevo con un corazón joven, que brinque con los cantos que anunciará el día
Como cuando éramos niños, ¿te acuerdas?
Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles,
de ver en el cielo, un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.
Es tiempo de solar amarras y maravillarme. He estado demasiado ocupada para ver las estrellas.
Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire. Me ama lo suficiente, se me dió la facultad de la alegría.
Elijo controlar a mis propios demonios.
Es más... he decidido darles vacaciones.
Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas
de dejarme en paz...
De tanto pelear conmigo misma se me estaba olvidando
a que sabe la sonrisa.
A partir de ahora quiero ser más justa,
la vida no es un tablero de ajedrez
ni las personas caballos o alfiles
Trato a la gente como me gustaría que me trataran.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te pido una disculpa. Yo ya me perdoné.
¿Podrías hacerlo tú también?. Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora, ¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa. Pero definitivamente es el camino al cielo.
Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad.
Por eso, sea cual sea la razón por las que estés leyendo estas líneas,
elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo,
aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.
Elijo creer que estamos dispuestos a sembrar sonrisas en nosotros mismos y en la gente.
Te deseo ahora y siempre, estés lleno de bendiciones.
Si sueltas tus amarras, tendrás el corazón libre
para recibirlas con mucho amor.
Nicoletta Ceccoli Corvi
 
FUENTES:

http://www.lalibertadinterior.com
http://www.cecura.org.mx/
http://humanodivino.com/
http://labuenanoticiadeillescas.blogspot.com/
Publicado en El Ciudadano el sábado 16 de julio: http://www.elciudadanoweb.com/?p=242286
Rafael Zárate M. Extracto del libro: “Sanación”
http://www.facebook.com/LaberintoDeLuz?sk=wall#!/LaberintoDeLuz
http://www.estampas.com/2010/12/04/tem_arti_perdonar-es-sanar_2108844.shtml
http://feminalaredo.com/?p=4675

26 diciembre 2011

VEGETARIANOS FAMOSOS


Ya en notas anteriores hemos hablado sobre las ventajas indiscutibles a nivel físico de no comer carne y hacer una dieta vegetariana en cualquiera de sus variedades (lacto vegetariana, ovo lacto vegetariana, vegana, crudivora, etc).

Analicemos ahora las consideraciones morales y antiegoístas relacionadas los  deberes de los seres humanos para con los demás seres vivos sintientes. La primera de ellas es el gran horror de matar innecesariamente los animales. La destrucción de la vida es siempre un crimen.

Debe tenerse en cuenta que los que se dedican al negocio de la carne no son los únicos culpables, sino que también lo son todos aquellos que se alimentan de ella, puesto que de esta suerte los estimulan remunerando su crimen. Toda persona que come carne tiene su parte de responsabilidad en la falta, a causa del sufrimiento por medio del cual ha sido obtenido. Es un axioma universalmente reconocido en las leyes que, “qui facit per alium facit per se”; esto es: todo lo que un hombre hace a otro se lo hace a sí mismo.
Habrá personas que dirán: “si soy yo solo el que deja de comer carne, poca será la diferencia”. Esto es inexacto y poco sincero; primero porque siempre habría alguna diferencia, aunque esta persona sólo consumiese una libra o dos por día, dada que al cabo de algún tiempo esta libra o dos diarias sumarían el peso de un animal; y en segundo término porque no se trata aquí de la cantidad, sino de la complicidad en el crimen, y si participa de los resultados derivados de este crimen, no cabe duda de que ayuda a remunerarlo, y de este modo le alcanza directamente una parte de culpa. Ninguna persona sincera dejará de ver que esto es así. Pero por regla general, cuando se trata de sus bajas pasiones los hombres rechazan la verdad y cierran los ojos a los hechos más evidentes. Creo, pues, que toda persona imparcial convendrá en que toda esa terrible e innecesaria matanza es un horrible crimen.

Otro punto importante que debe también tenerse en cuenta es el que se refiere al modo inhumano de transportar los pobres animales, y la crueldad que con frecuencia se despliega al sacrificarlos. Aquellos que pretenden justificar tan abominables crímenes dirán que se están ensayando métodos para matar los animales con la mayor rapidez y menos sufrimientos posibles; pero bastará con que leas los escritos que tratan del asunto para convencernos de que en muchos casos tales métodos no se observan, resultando de ello los más espantosos sufrimientos.

Si tuvieses que emplear por vosotros mismos el cuchillo o el hacha para matar al animal antes que pudieses alimentarte con su carne, comprenderás al momento la repugnante naturaleza de semejante acto, y probablemente muy pronto rehusarías ejecutarlo. ¿Quisieras ver a tus hijos ejerciendo de matarifes? Si no es así, no tenes entonces derecho alguno para colocar en manos de otros hijos de madre tan repugnante labor. No tenemos derecho alguno a exigir que otros hagan un trabajo que nosotros mismos rehusamos hacer. Quizás se dirá que nosotros no forzamos a nadie a que escoja ese abominable modo de vivir, pero argumentar así es un mero subterfugio, puesto que al comer el horrible alimento pedimos, por este simple hecho, que alguien se embrutezca; pedimos que alguien se degrade hasta descender a un nivel inferior.
Es natural y lógico que aquellos que se embrutecen ejerciendo tan inmunda tarea, sean también brutales en todo lo demás. Son de índole salvaje y sanguinaria en sus disputas.

 
Esta comprobado que en muchos casos de asesinato se ha visto que el criminal dio el golpe del cuchillo en la dirección peculiar que es característica en los matarifes.

 Debemos recordar, además, que tenemos la plena seguridad de que llegará un momento en que la paz universal y el mutuo afecto serán un hecho; llegará una edad de oro en que las guerras cesarán; un tiempo en que el hombre dejará de sentir la antipatía y la cólera, de suerte que todas las condiciones del mundo serán distintas de las que actualmente prevalecen.

¿No creéis que el reino animal participará también de los beneficios de esos felices tiempos que están por venir, y que la horrible pesadilla de la matanza en gran escala desaparecerá del mundo? Las naciones realmente civilizadas saben esto muy bien; pero los occidentales somos una raza joven todavía. No cabe la menor sombra de duda de que el futuro pertenece al vegetariano. Parece cosa indudable que en el futuro -y creo que dicho futuro no está muy lejano- miraremos los tiempos actuales con disgusto y con horror. A pesar de todos sus maravillosos descubrimientos, a pesar de su magnífica maquinaria y de las grandes fortunas que con ella se han hecho, estoy seguro que nuestros descendientes considerarán la época presente como muy relativamente civilizada, y en realidad muy poco distinta del salvajismo. Uno de los argumentos en que nuestros descendientes se apoyarán para calificamos de semi salvajes será sin duda que permitimos entre nosotros esa innecesaria matanza en gran escala de inocentes animales; que con ella engordábamos y acumulábamos dinero; que organizábamos una clase especial de seres para que hiciese tan inmundo trabajo por nosotros, y que no se nos subieron los colores al rostro de aprovechamos de los resultados de su degradación. Todas estas consideraciones sólo se refieren al plano físico.
Nadie ignora que el hombre que come carne con exceso presenta, físicamente hablando, un tipo excesivamente antipático y grosero.


Tiene exceso de peso o le cuesta mantenerse en forma, acumula grasa en la zona del abdomen y cintura, su cuerpo es mas grasoso, transpira mas y con olor, tiene mal aliento y sus heces son putrefactas y mal olientes. Además de tener trastornos físicos de toda índole como gota, diabetes, urea alta, colesterol y hasta algunos tipos de cáncer que ya se ha descubierto científicamente que proviene de la ingesta de carne a través de los años.  

Esto no sólo significa que el cuerpo físico se halla en un estado poco apetecible, sino también que aquellas partes del hombre que son invisibles a nuestra vista ordinaria, esto es, los cuerpos astral y mental, no se hallan en mejores condiciones.
Las depresiones, la angustia, el stress, las adicciones como al alcohol y las drogas proviene de un desequilibrio químico en el organismo por una ingesta de carne habitual. Así, pues, el hombre que se construye un cuerpo físico grosero e impuro se construye también al mismo tiempo un cuerpo astral y mental de esta misma naturaleza.

Muchas personas que consumen carne se sienten tremendamente ofendidas ante los argumentos de un vegetariano, aducen que son libres de su elección y que los vegetarianos nos creemos mejores personas por nuestra elección…ahora bien, nada confirma que un vegetariano se convierta en mejor persona por comer de esa manera pero tampoco el comer carne te lo garantiza…pero pensemos…para el animal que se salva porque yo no como carne yo me convierto en su salvador mientras que el animal que muere por la ingesta de carne de alguien, ese alguien se convierte en su asesino…ahí está la diferencia…yo no quiero ser un asesino de animales!!!!
Desde el punto de vista espiritual, se explica que el animal capta el momento en que está siendo asesinado y quién lo mata, recibe una perturbación energética que le genera violencia, agresividad, y un karma residual muy duro, y quien lo consume, aunque no lo haya matado, capta en menor grado, pero en forma inevitable los efectos negativos del acto de la muerte del animal.
Hay, además, el lado antiegoísta de esta cuestión, el cual es mucho más importante, y es el que se refiere a los deberes del hombre para con la naturaleza. Todas las religiones enseñan que el hombre debe siempre conformarse con la voluntad de Dios; que debe colocarse constantemente al lado del bien y combatir el mal; que debe favorecer la evolución en contra del retroceso. El hombre que se coloca al lado de la evolución comprende al momento la iniquidad que se comete al destruir la vida, pues sabe que del mismo modo que él se halla aquí en la tierra en este cuerpo físico para aprender las lecciones que este plano puede enseñarle, de la propia suerte el animal habita su cuerpo con el mismo objeto, puesto que por medio del mismo obtiene la correspondiente experiencia en su mucho más inferior etapa de desarrollo. Sabe que la vida que mora en el interior del animal es Vida Divina, y que toda vida en el mundo es Divina. Los animales son, por lo tanto, nuestros hermanos, aunque son hermanos más jóvenes, y a nosotros no nos asiste derecho alguno para disponer de sus vidas con el fin de satisfacer nuestros pervertidos gustos; no tenemos derecho alguno a causarles indecibles sufrimientos hasta la muerte simplemente por un plato de comida.

Convertirse al vegetarianismo y a una alimentación más compasiva con otros seres sintientes puede lograrse a pesar de los condicionamientos culturales y educativos. Es verdad no se logra de un día para el otro, pero si vas intelectualizando los innumerables argumentos que existen para y por la defensa de los animales seguramente lograras ser mas compasivo.

El planeta está pidiendo a gritos un cambio, de compasión, de sentido común, de misericordia, de respeto por la creación.

Desde siempre existió la inquietud por una alimentación compasiva y consiente, estos son algunos representantes:
 Jesús, Buda, Sai Baba, Rama, Krishna, Moisés, Zoroastro, Saint Germain, Confucio, Lao Tse, Amma, Ching Hai, Leonardo Da Vinci, Franz Kafka, Isaac Newton, Platón, Ramanuján, Rousseau, Bernard Shaw, Sócrates, Voltaire, Pitágoras, Albert Einstein, Henry Ford, Schopenhauer, Alex Baldwin, Brigitte Bardot, Drew Barrimore, Kim Basinger, Kirk Cameron, Ted Danson, Michael J. Fox, Richard Gere, Dustin Hoffman, Demi Moore, Anthony Perkins, River Phoenis, Brad Pitt, Brooke Shields, Leonardo DiCaprio, Martina Navratilova, Carl Lewis Y TANTOS OTROS...

“Llegará un tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y se considerará la matanza de un animal como un crimen. Igual que el asesinato de un ser humano. Llegará un día en el que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre. Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa la de aquellas. Vivimos por la muerte de otros. Todos somos cementerios”. Leonardo Da Vinci.


“Siento que el progreso espiritual nos demanda el que dejemos de matar y comer a nuestros hermanos, criaturas de Dios y sólo para satisfacer nuestros pervertidos y sensuales apetitos. La supremacía del hombre sobre el animal debería de demostrarse no sólo avergonzándonos de la bárbara costumbre de matarlos y devorarlos sino cuidándolos, protegiéndolos y amándolos. No comer carne constituye, sin la menor duda, una gran ayuda para la evolución y paz de nuestro espíritu”. Ghandi.



“Mientras seamos las tumbas vivientes de bestias asesinadas, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales sobre esta tierra?”. “El domingo oramos pidiendo que la luz ilumine nuestro camino. Estamos cansados de guerras, no queremos más combates, pero sin embargo, nos atiborramos de cuerpos muertos”. George Bernard Shaw.


“Amad a todo ser viviente y pacificad vuestros espíritus dejando de matar y comer animales; he ahí la verdadera prueba de religiosidad pues el verdadero sabio y hombre de Dios no sólo no matará ni comerá a ninguna criatura sino que amará, conservará y potenciará la vida en todas sus manifestaciones”. Buda.
“¿Cómo podéis asesinar y devorar despiadadamente a esas adorables criaturas que mansa y amorosamente os ofrecen su ayuda, amistad y compañía?”. San Francisco de Asís.





“Una vaca o una oveja que yacen muertas en un prado son consideradas carroña. El mismo cadáver en una carnicería se considera comida”. Dr.Kellog.


“Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la Tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra el dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor”. Pitágoras.





 “No olvides que por muy alejado y escondido que este el matadero, tú que comes carne siempre serás su cómplice”. Ralfh Waldo Emerson.

“Si un hombre aspira sinceramente a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería ser la de abstenerse de comer carne”. Leon Tolstoi.


“No permitáis que nadie pase por alto la carga de su responsabilidad. Mientras tantos animales sigan siendo maltratados, mientras los lamentos de los animales sedientos en los vagones de carga se enmudezcan, mientras tanta brutalidad prevalezca en nuestros mataderos, todos nosotros seremos culpables. Cada cosa que vive tiene valor como ser vivo, como una de las manifestaciones del misterio de esta vida”. Albert Schweitzer. (Premio Nobel de la Paz, 1952).

MAS PERSOANJES POPULARES Y FAMOSOS VEGETARIANOS DE TODAS LAS EPOCAS

 La biblia y los animales: el Jesús animalista  
Los textos de la Biblia nacieron en el transcurso de los siglos, siendo elegidos con pinzas los evangelios que serían parte del libro sagrado. Los hombres escribieron lo que había sido transmitido por la tradición. Cuando Jesús subió al cielo no nos dejó una Biblia, sino una Iglesia: los apóstoles, y otros discípulos. Todos ellos fueron testigos de la predicación de Jesús, de sus milagros, de sus padecimientos, de su muerte y resurrección. Guardaron lo que habían visto y oído, y lo transmitieron de manera verbal, pero también escrita. Ambos libros, el Antiguo y el Nuevo Testamento son una obra humana,. Una recopilación de textos.

Una parte de la historia nos relata que fue el emperador Constantino quien encargó y financió la redacción de la Biblia, omitiéndose los evangelios que mostraban a un Cristo más humano. Algunos historiadores niegan la participación de Constantino en el compilado de los libros sagrados, pues muchos fueron escritos antes de su era.

 Durante más de 300 años, el Imperio Romano se había ensañado persiguiendo a los cristianos, quienes profesaban la fe bajo catacumbas. En el año 313  entonces Constantino dicta el Edicto de Milán donde se pone fin a la persecución a los cristianos  El emperador  entonces se convierte en sumo sacerdote, y cómo político visionario  que era,  con su conversión  pretendía terminar con el crecimiento exponencial de los cristianos, decidiendo entonces unificar a Roma bajo un solo imperio. Bajo una sola religión.

 Conclusión: muchos textos fueron omitidos por decreto eclesiástico en el compilado de la Biblia. A esos escritos los denominaron apócrifos (del griego que quiere decir “oculto”). Aquellos libros no fueron aceptados por ninguna autoridad religiosa, siendo una vez más los hombres  los que deciden qué libros serían parte del libro sagrado.

Defensa animal en el antiguo testamento
 Pero la Biblia no está exenta de la defensa animal, aún cuando nos han hecho creer que Dios quería tortura y sacrificios de animales para complacerle, mostrándonos a un Dios perverso y vengativo. Si leemos exactamente a los profetas se encontrarán con innumerables citas pro animal. En Oseas 8,13 dice “Sus sacrificios de animales y el consumo de la carne me son abominables y el Señor no se complace en ello, sino que se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados”.

 Isaías 66,3 también manifiesta que “Quien inmola a un toro es como quien ma­ta a un hombre; quien sacrifica a una oveja es como si estrangula a un perro; quien presenta víctimas para alimento es como el que ofrece sangre de cerdo; quien quema incienso es como si ensalza a un ídolo. Estas cosas eligen en sus caminos y sus almas se complacen en sus abominaciones.
 En Proverbios 23.20 se indica “No te juntes con los borrachos de vino, ni con quienes se deleitan en el consumo de la carne“.
 Estas no son las únicas citas referida al cuidado de los animales y el rechazo a los sacrificios, muchos versículos más hablan de un Dios que abomina el sacrificio de animales y que apela al cuidado de ellos, como por ejemplo Isaías que en muchos versículos habla sobre los animales

 “El evangelio de los 12” y la estrecha relación de Jesús con los animales
 Fue San Jerónimo que el año 382  realizó la primera traducción completa al latín de la Biblia y quien bajo la presión del poder eclesiástico y político dejó fuera temas como la reencarnación, la ley de siembra y cosecha y las enseñanzas de un Jesús que protegía a los animales entablando una relación pacífica y de amor con ellos. Ese  texto  se denomina el “Evangelio de los 12” texto apócrifo que no fue incluido en la biblia y en donde se hace referencia a las vivencias de Jesuscristo con todos los animales.
Nos parece importante conocer el otro lado la moneda, y por más que nos señalen que “El evangelio de los 12” no forma parte de los textos sagrados de la Biblia, el solo hecho de saber que fueron humanos influenciados tanto política como religiosamente los que eligieron lo que quedaba dentro y fuera del  LIbro Sagrado, nos compele  a mostrarles  ll hermosura del  evangelio  de Jesucristo que nos ha sido ocultado y que nos muestra a un Cristo animalista.
LOS ANIMALES SON NUESTROS HERMANOS
Jesús entró en un pueblo y vio a un gatito que no tenía dueño, y tenía hambre y Le gemía. Él lo levantó, lo puso dentro de Su túnica, dejándolo reposar en Su pe­cho.

Y mientras pasaba por el pueblo, dio de comer y beber al gato, que comió y bebió y Le mostró su agradecimiento. Y El Lo dio a una de Sus discípulas, a una viuda llamada Lorenza, que cuidó de él.
Y algunos de entre la gente decían: “este hombre se ocupa de todos los animales. ¿Son Sus hermanos y hermanas, para que los ame tanto?“ Y El les dijo: “en verdad, estos son vuestros hermanos de la gran familia de Dios; vuestros hermanos y hermanas, que tienen el mismo aliento de vida del Eterno“.
 “Y quienquiera que se preocupe por uno de los más pequeños de ellos, y le de de comer y beber cuando pase necesidades, Me está haciendo esto a Mí; y quien intencionadamente permite que uno de ellos sufra necesidades y no lo protege cuando es maltratado, está permitiendo este mal como si Me lo hiciera a Mí: pues tal como hayáis hecho en esta vida, así se hará con vosotros en la vida venidera“. (Cap. 34).
JESUS LIBERA A LOS ANIMALES
1. Aconteció un día, al terminar Jesús Su predicación, que en un lugar cerca de Tibe­ríades, donde hay siete fuentes, un joven trajo conejos vivos y palomas, para que Él los comiera con Sus discípulos.
 2. Y Jesús miró al joven con amor y le dijo: “tienes buen corazón y Dios te iluminará, pero, ¿no sabes que Dios en el principio dio al hombre para alimento los frutos de la tierra y no por eso lo creó inferior al mono o al buey, al caballo o a la oveja, para que matara a las demás criaturas y consumiera su carne y su sangre?“
 3. “Vosotros créis que Moisés ordenó justificadamente que tales criaturas fuesen sacrificadas y comidas, y así hacéis en el templo; pero ved que hay aquí –y viene– alguien más grande que Moisés, para terminar con los sacrificios de sangre de la Ley y los festines y para restaurar la ofrenda pura y el sacrificio incruento, como era al principio, es decir, los granos y los frutos de la tierra“.
 5. “Poned, pues en libertad a estas criaturas, para que se alegren en Dios y no traigan culpa a los hombres“. El joven las liberó y Jesús rompió sus jaulas y sus cuerdas.
 6. Sin embargo, he aquí que temían ser cautivadas de nuevo y no querían irse de su lado; pero El les habló y les dijo que se fueran, y obedeciendo Sus palabras se marcharon llenas de alegría“. (Cap. 28)

 ¡AY DE LOS CAZADORES!
 Mientras Jesús caminaba con algunos discípulos, se encontró con un hombre que adiestraba perros para la caza de otros animales. Y dijo al hombre: “¿Por qué haces esto?“ Y el hombre contestó: “porque vivo de ello; pues, ¿qué utilidad tienen estos animales? Estos animales son débiles, en cam­bio los perros son fuertes“. Y Jesús le dijo: “te falta sabiduría y amor. He aquí que cada criatura que Dios ha creado tiene su sentido y finalidad. Y ¿quién puede decir que hay de bueno en ellas y qué utilidad tienen para ti o para la humanidad?“
 “Y para tu sustento: ¡contempla los campos, cómo crecen y son fértiles, y los árboles que dan fruto y las hierbas! ¿Qué más quieres que lo que te dé el honesto tra­bajo de tus manos? ¡Ay de los fuertes que hagan mal uso de su fuerza! ¡Ay del astuto que dañe a las criaturas de Dios! ¡Ay de los cazadores!, pues ellos mismos serán cazados“.
Y el hombre quedó muy admirado y abandonó el adiestramiento de los perros para la caza y les enseñó a salvar la vida, mas no a destruirla. Y aceptó las enseñanzas de Jesús y se convirtió en discípulo Suyo. (Cap. 14)
 
 PALABRAS DE JESÚS CONTRA  EL COMER CARNE
 “¿No está escrito en los profetas?: ¡cesad vuestros sacrificios de sangre y vuestros holocaustos! Dejad de comer carne, pues no hablé de ello a vuestros padres ni se lo ordené, cuando les saqué de Egipto. En cambio, esto les ordené:
Obedeced Mi voz y andad por los caminos que os he mandado y seguiréis siendo Mi pueblo y os irá bien. Pero ellos no es­taban dispuestos y no obedecieron“.
 “Y qué os ordena el eterno sino que practiquéis la justicia y la misericordia y andéis humildemente con vuestro Dios? ¿No está escrito que al principio Dios determinó los frutos de los árboles, las semillas y las hierbas para alimento de toda carne?
 Pero ellos han convertido la casa de orar en una casa de ladrones y, en vez de ha­cer una ofrenda pura con incienso, han manchado mis altares con sangre y comido la carne de los animales sacrificados.
 Pero Yo os digo: no derraméis sangre inocente ni comáis carne. Sed rectos, amad la misericordia y haced justicia, y vuestros días perdurarán largamente en la tierra que habitéis“. (Cap. 33).

NO PERMITAMOS ESTE HORROR
FUENTES:
“El Evangelio de Jesús” Editorial LA PALABRA, Rotttweil 1968
 El Evangelio de la vida perfecta,  Editorial Humata, Bad Homburg
VEGETARIANISMO y OCULTISMO (Vegetarianism and Occultism) TPH, Adyar, 1903 DE C.W. Leadbeater
www.santuario.cl
http://www.ivu.org/spanish
http://www.lailuminacion.com/temas/temagrande.aspx?titulo=VEGETARIANOS FAMOSOS