01 julio 2012

LA ÉTICA EN EL BUDISMO


LAS TRES PRÁCTICAS INSEPARABLES DEL BUDISMO SON LA ÉTICA, MEDITACIÓN Y SABIDURÍA.
LA ÉTICA ES LA BASE DE LA VIDA MEDITATIVA,LA MEDITACIÓN LLEVA AL FLORECIMIENTO DE LA SABIDURÍA Y LA SABIDURÍA CONTRIBUYE A UNA ACTITUD MAS ÉTICA Y CUIDADOSA.
LAS TRES PRÁCTICAS ESCENCIALES DEL BUDISMO, ÉTICA, MEDITACIÓN Y SABIDURÍA DEBEN CULTIVARSE SIMULTANEAMENTE.
LA ÉTICA HACE QUE SEA MAS FÁCIL CONCENTRARSE EN LA MEDITACIÓN. LA MEDITACIÓN ALIMENTA EL FLORECER DE LA SABIDURÍA. LA SABIDURÍA Y LA MEDITACIÓN PERMITEN QUE SURGA LA ÉTICA DE MANERA NATURAL.
EN EL BUDISMO , LA ÉTICA NO SIGNIFICA REGLAS Y REGULACIONES CIEGAS. LAS REGLAS NO EXISTEN PARA OBLIGARTE A HACER ALGO, SINO PARA HACERTE REFLEXIONAR SOBRE TUS ACCIONES Y MORIVACIONES. COMO EL OBJETIVO DE LA VIDA BUDISTA ES REDUCIR EL SUFRIMIENTO, LA RAÍCES DE LA ÉTICA BUDISTA SON LA COMPASIÓN Y LA SABIDURÍA. TE IMPORTA TU PROPIO SUFRIMIRNTO Y EL SUFRIMIENTO DE LOS DEMÁS, Y ENTIENDES QUE LAS INTENCIONES Y LAS ACCIONES TIENEN SUS CONSECUENCIAS.
LA ACTITUD ÉTICA CULTIVADA EN EL CONTEXTO MEDITATIVO TIENE DOS COMPONENTES BÁSICOS. EL PRIMERO ES EL RESPETO QUE FAVORECE LA CONTENCIÓN. NO HACES COSAS QUE SABES QUE TE CAUSARÁN SUFRIMIENTO Y NO SE LO HACES A LOS DEMÁS. RECONOCES QUE NO ESTÁS SOLO EN ÉSTE MUNDO, QUE COMPARTES EL ENTORNO CON OTRAS PERSONAS, ANIMALES Y COSAS, Y QUE EXISTEN LÍMITES A LO QUE PODES HACER. SE TE ANIMA A NO HACER DAÑO, A NO TOMAR LO QUE NO SE TE ES DADO, A SER CUIDADOSO EN TU CONDUCTA SEXUAL, A ESTAR ATENTO A LO QUE DICES Y A LO QUE HACES.

EL SEGUNDO COMPONENTE DE LA ACTITUD ÉTICA ES EL CULTIVO DE UN ESTILO DE VIDA POSITIVO. TE ESFUERZAS CONSCIENTEMENTE POR PENSAR, POR HABLAR Y POR ACTUAR CON INOFENSIVIDAD, GENEROSIDAD, RESPETO, HONESTIDAD Y CLARIDAD.
 

LA PRIMERA NORMA ÉTICA DEL BUDISMO ES NO MATAR. LA RAÍZ DE ESTA NORMA ÉTICA ES EL RECONOCIMEINTO DE QUE TODOS LOS SERES VIVOS TIENE EL MISMO DERECHO  A LA VIDA. TODOS QUERESMOS SER FELICES Y TODOS QUEREMOS NO SUFRIR. TODOS COMPARTIMOS EL MISMO AIRE. TODOS COMPARTIMOS LA NATURALEZA DE BUDA.
PROCURA NO MATAR A NINGUN SER VIVO. VIVE CON LA INTENCIÓN DE CAUSAR EL MENOR SUFRIMIENTO POSIBLE.

A todos los seres vivos les aterroriza el castigo.
Todos temen a la muerte.
Si todos somos iguales, nadie debería matar al prójimo. A todos los seres vivos les aterroriza el castigo. Para todos, la vida es un bien preciado. Si todos somos iguales, nadie debería matar al prójimo.

LA SEGUNDA NORMA ÉTICA ES NO TOMAR LO QUE NO SE NOS ES DADO. NO DEBEMOS ROBAR. DEBES TENER CUIDADO CON LAS PROPIEDADES DE LOS DEMÁS.
DESDE UN  PLANO SUPERFICIAL PARECE QUE MIENTRAS NO ROBES, LA TENDENCIA A POSEER Y COMPRAR AUN COSAS QUE NO NECESITAMOS, NO HACE MAL A NADIE. PERO DEBEMOS TENER EN CUENTA EL MEDIO AMBIENTE Y QUE SOLO DISPONEMOS DE UNA CANTIDAD DE RECURSOS LIMITADOS. LA POSTURA ÉTICA  NI IMPLICA QUE NO QUIERAS NI NECESITES COSAS MATERIALES SINO QUE SE DEBE REFLEXIONAR SOBRE TU RELACIÓN DE DEPENDENCIA CON ELLAS.
EL DESEO DESENFRENADO QUE MUCHOS TIENEN DE CONSUMIR CUALQUIER COSA EN GRANDES CANTIDADES, ZAPATOS, CARTERAS, AUTOS, COMIDA, ROPA, ETC...HACE QUE ALGUNOS SE OBSESIONEN  CON EL POSEER PARA SER FELIZ. SIN ENBARGO LA FELICIDAD ES BREVE YA QUE CUANDO OBTUVIMOS EL OBJETO DEL DESEO PIERDE IMPORTANCIA Y VAMOS POR OTRO OBJETO NUEVO ESTANDO SIEMPRE EN UN ESTADO DE INSATISFACCION CONSTANTE. ES LIBERADOR COMENZAR A DARES CUENTA QUE ESTÁS FELIZ CON LO QUE TIENES EN ESTE MOMENTO A PESAR DE LAS MODAS Y LA PUBLICIDAD. ESTAR SATISFECHO CON LO QUE SE TIENE GENERA UNA SENSACIÓN DE PAZ Y PLENITUD.

LA TERCERA NORMA ÉTICA BUDISTA TIENE QUE VER CON LA CONDUCTA SEXUAL.
Las escrituras budistas apenas abordan el tema del sexo. Los monjes y monjas hacen voto de castidad y los códigos monásticos especifican, con todo detalle, qué actos excluye el voto, pero no se prescribe nada para aquellos que no viven en monasterios. Suele interpretarse este precepto como una reprobación de la violación, el adulterio y el secuestro, pero de hecho es mucho más que eso.
 El sexo es importante para todo el mundo. El instinto sexual es muy fuerte y conduce a toda clase de comportamientos extraños. La cultura budista se caracteriza porque nunca ha intentado controlar la sexualidad mediante el sentimiento de culpa, como se observará al visitar algunos países de Asia. El budismo no discrimina a la gente por sus preferencias sexuales. Se puede ser heterosexual, homosexual, onanista, travestido o célibe. El budismo tampoco ha glorificado la familia nuclear. El matrimonio no es un sacramento budista sino, simplemente, un contrato social. Si se consideran las diferentes culturas budistas del mundo se observará que se aceptan socialmente la monogamia, la poligamia y la poliandria, las cuales se entienden como diferentes maneras de organizar la vida.
 
Lo importante es que el comportamiento sexual de uno no lastime a los demás ni se le conceda un valor desproporcionado al sexo. Vivimos en una cultura que da una importancia desmesurada al sexo, mismo que se convierte en el núcleo vital de muchas personas. Cuando un individuo busca refugio en las Tres Joyas, el sexo se desplaza del centro a la periferia de la vida y el apego a él disminuye. La tensión de la polarización y el deseo sexual aumentan la dualidad sujeto/objeto. En un estado de excitación sexual, la persona objeto del deseo es sólo eso, un objeto. Para muchas personas la conciencia nunca experimenta un estado de división ansiosa tal como cuando están excitadas sexualmente, sobre todo si el deseo queda frustrado. El estado contrario, el de complacencia, es decir, sentirse a gusto con uno mismo y con el mundo, no aparece mediante la satisfacción del deseo, sino debido a su eliminación.
 Acepto el principio de adiestramiento de apartarme de malas conductas sexuales.  Con tranquilidad, sencillez y contento purifico mi cuerpo.
 LA CUARTA NORMA ÉTICA BUDISTA ES ABSTENERSE DE MENTIR.EL VALOR DE LA PALABRA.
La cultura humana se basa, en gran medida, en la comunicación y para que ésta tenga sentido ha de ser veraz.
Si no podemos confiar en la certeza de lo que se nos comunica, la sociedad se desintegra con rapidez. Por lo tanto, mentir significa cometer un acto de violencia contra la sociedad. Además, cuando mentimos nos perjudicamos. La mayoría de las veces lo hacemos para proteger nuestra identidad, con lo que incurrimos en la autoprotección, perpetuando así un proceso mediante el cual giramos en un círculo reducido de preocupación egoísta.
 
La mentira constituye, asimismo, un acto de violencia contra otros individuos. Al mantener la verdad alejada de ellos les condenamos a una neblina de irrealidad. Buscar refugio en el Buda significa buscar refugio en aquel que descubrió la verdad de las cosas y la encarna. La sangha se compone de hombres y mujeres que han asumido esta verdad. La mentira se opone por completo a las intenciones budistas en su conjunto.
Las mentiras, las calumnias, las palabras duras, severas, soeces, los chismes y la conversación liviana y estúpida crean sufrimiento.

 Acepto el principio de adiestramiento de apartarme de la mentira.
Con una comunicación veraz purifico mi habla.

LA QUINTA NORMA ÉTICA DEL BUDISMO ES EVITAR LA INGESTA DE ALCOHOL Y SUSTANCIAS Y DROGAS QUE PRODUCEN INTOXICACIÓN.  
La claridad mental, una de las cualidades más preciadas en el budismo, constituye el medio a través del cual penetramos finalmente en la niebla del engaño, origen del sufrimiento universal. Mediante la claridad mental nos liberamos de los lazos de la ignorancia y nos convertimos en seres capaces de ayudar a los demás a hacer lo mismo. La práctica de la meditación budista se propone el desarrollo de la claridad mental y emocional. A medida que la neblina opresiva de la confusión se desvanece nacen sentimientos de alegría y liberación. Cuando el individuo se compromete con el desarrollo y mantenimiento de estados mentales claros se siente, de forma progresiva y natural, menos inclinado a sacrificar la claridad obtenida por una copa de alcohol. Al mismo tiempo, conforme la sensibilidad aumenta como resultado de la práctica de la meditación, el individuo adquiere cada vez mayor conciencia de los efectos secundarios tóxicos del alcohol.

 
Una auténtica lista de productos perjudiciales incluiría, no sólo al alcohol y las drogas, sino también todas aquellas actividades que entorpecen, confunden o perturban la mente. Asistir a un multitudinario partido de futbol o ir a la discoteca puede ser perjudicial.
Demasiada televisión entumece la mente. Incluso comprar puede resultar un hábito pernicioso. El consumo habitual de drogas conduce a la dependencia. Si uno toma un vaso de whisky cada noche para relajarse, a la larga no conseguirá relajarse sin beberlo. La práctica del budismo ayuda a relajarse y disfrutar de cada estado mental sin necesidad de recurrir a las drogas. Cuando se ha experimentado el éxtasis de la absorción meditativa, el placer de las drogas es como una vulgar pintura barata colgada a la entrada de una importante galería de arte. ¿Por qué distraerse con ella cuando dentro nos esperan tantos tesoros?
 No intoxicar la mente ni el cuerpo
 Acepto el principio de adiestramiento de abstenerme de ingerir intoxicantes. Con una conciencia clara y lúcida purifico mi mente.


LOS PRECEPTOS
Con acciones bondadosas, purifico mi cuerpo
Me comprometo a no tomar la vida de nadie.

Con generosidad sin limite, purifico mi cuerpo
Me comprometo a no tomar lo que no me pertenece.

Con tranquilidad, sencillez y contento, purifico mi cuerpo
Me comprometo a no tener una conducta sexual dañina.

Con comunicación veraz, purifico mi habla
Me comprometo a no decir mentiras.

Con conciencia clara y lúcida, purifico mi mente
Me comprometo a no consumir intoxicantes.

LOS DIEZ PRECEPTOS
Con acciones bondadosas purifico mi cuerpo
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de matar a seres vivos.

Con generosidad sin limite purifico mi cuerpo
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de tomar aquello que no me pertenece.

Con tranquilidad, sencillez y contento purifico mi cuerpo
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de una conducta sexual incorrecta.

Con comunicación veraz purifico mi habla
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de mentir.

Con palabras amables y agradables purifico mi habla
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de hablar con rudeza.

Con palabras de aliento y armoniosas purifico mi habla
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de hablar de banalidades.

Con palabras de aliento y armoniosas purifico mi habla
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de difamar.

Al abandonar la avaricia por la tranquilidad purifico mi mente.
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de la codicia.

Al cambiar el odio por la compasión purifico mi mente.
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de odiar.

Al transformar la ignorancia en sabiduría purifico mi mente.
Me comprometo a seguir la senda que consiste en
abstenerme de tener ideas erróneas.


Una reformulación moderna de la ética budista del maestro zen Thich Nhat Hanh

1. No idolatrar ninguna doctrina, teoría o ideología, sea cual sea, incluido el budismo. Los sistemas de pensamiento budistas deben ser considerados como guías para la práctica y no como la verdad absoluta.
2. No pensar que uno posee un saber inmutable o la verdad absoluta. Hay que evitar la estrechez de mente y el apego a los propios puntos de vista. Aprender y practicar la vía del no-apego con el fin de permanecer abiertos a los puntos de vista de los demás. La verdad sólo puede hallarse en la vida y no en los conceptos. Hay que estar dispuesto a continuar aprendiendo durante toda la vida y a observar la vida en uno mismo en el mundo.
3. No forzar a los demás, incluidos los niños, a adoptar nuestros puntos de vista a través de ningún medio sea cual sea: autoridad, amenaza, dinero, propaganda o educación. Respetar las diferencias entre los seres humanos y la libertad de opinión de cada uno. Saber, sin embargo, utilizar el diálogo para ayudar a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez de espíritu.
4. No evitar el contacto con el sufrimiento ni cerrar los ojos ante él. No perder la plena conciencia de la existencia del sufrimiento en el mundo. Encontrar medios de acercamiento a los que sufren, ya sea a través de contactos personales, visitas, imágenes, sonidos... Despertarse y despertar a los demás a la realidad del sufrimiento en el mundo.
5. No acumular dinero ni bienes cuando millones de seres sufren hambre. No convertir la gloria, el provecho, la riqueza o los placeres sensuales en la meta de la vida. Vivir simplemente y compartir el tiempo, la energía y los recursos personales con aquellos que están en la necesidad.
6. No conservar la cólera o el odio en uno mismo. Aprender a examinar y a transformar la cólera y el odio cuando aún no son más que semillas en las profundidades de la conciencia. Cuando la cólera y el odio se manifiesten, debemos enfocar la atención sobre la respiración y observar de manera penetrante con el fin de ver y comprender la naturaleza de esta cólera u odio, así como la naturaleza de las personas que se supone son la causa. Aprender a mirar los seres con los ojos de la compasión.
7. No perderse dejándose llevar por la dispersión o por el entorno. Practicar la respiración consciente y enfocar la atención sobre lo que está sucediendo en este instante presente. Entrar en contacto con aquello que es maravilloso, lleno de vigor y de frescor. Sembrar en uno mismo semillas de paz, de alegría y de comprensión con el fin de ayudar al proceso de transformación en las profundidades de la conciencia.
8. No pronunciar palabras que puedan sembrar la discordia y provocar la ruptura de la comunidad. A través de palabras serenas y de actos apaciguadores, hacer todo el esfuerzo posible para reconciliar y resolver todos los conflictos, por pequeños que sean.
9. No decir cosas falsas para preservar el propio interés o para impresionar a otros. No pronunciar palabras que siembren la división y el odio. No difundir noticias sin la seguridad de que son ciertas. No criticar ni condenar aquello sobre lo que no se está seguro. Hablar siempre con honestidad y de manera constructiva. Tener el coraje de decir la verdad sobre las situaciones injustas incluso si nuestra propia seguridad queda amenazada.
10. No utilizar la comunidad religiosa para el interés personal ni transformarla en partido político. La comunidad en la que se vive debe sin embargo tomar una posición clara contra la opresión y la injusticia y esforzarse en cambiar la situación sin comprometerse en conflictos partidistas.
11. No ejercer profesiones que puedan causar daño a los seres humanos o a la naturaleza. No invertir en las compañías que explotan a los seres humanos. Elegir una ocupación que ayude a realizar el propio ideal de vida con compasión.
12. No matar. No dejar que los demás maten. Encontrar todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra. Trabajar por el establecimiento de la paz.
13. No querer poseer nada que pertenezca a los demás. Respetar los bienes de los demás pero impedir cualquier tentativa de enriquecimiento a costa del sufrimiento de los demás seres vivos.
14. No maltratar el cuerpo. Aprender a respetarlo. No considerarlo únicamente como un instrumento. Preservar las energías vitales (sexual, respiración y sistema nervioso) a través de la práctica de la Vía. La expresión sexual no se justifica sin amor profundo y sin compromiso. Concerniente a las relaciones sexuales, tomar conciencia del sufrimiento que puede ser causado a otras personas en el futuro. Para preservar la felicidad de los demás hay que respetar sus derechos y compromisos. Ser plenamente consciente de la propia responsabilidad a la hora de traer al mundo nuevos seres. Meditar sobre el mundo al que traemos estos seres.
FUENTE:
http://www.budismo.com
http://budistas.blogspot.com.ar
LIBRO RECOMENDADO: "MEDITAR PARA VIVR"
DE MARTINE BATCHELOR. EDITORIAL GAIA EDICIONES.
 En Meditar para vivir, Martine Batchelor nos revela que es realmente sencillo hacer de la meditación budista parte de nuestra vida cotidiana. Utilizando un lenguaje de fácil comprensión -no exento de anécdotas, humor e instrucciones prácticas-, y basándose en las experiencias que ella misma experimentó en un monasterio Zen coreano, Martine nos enseña además que la meditación puede enriquecer nuestra vida diaria. El texto que nos presenta viene respaldado por las evocadoras fotografías de Stephen Batchelor. Éstas nos expresan, por otro lado, que la meditación tiene que ver sobre todo -más que con una experiencia esotérica- con percibir la profundidad y textura de cada momento, y con aprender a captar el mundo a través de una nueva visión.
En cada una de las tres principales tradiciones budistas -Tibetana, Theravada y Zen-, la meditación se contempla de manera diferente. Martine Batchelor las examina de forma detallada, comentando los principios budistas que están detrás de sus prácticas y facilitando las claves para la meditación formal, aportándonos al mismo tiempo ideas creativas que permiten incorporar la meditación a nuestra vida cotidiana. Cada uno de los diez capítulos concluye con una meditación guiada, paso a paso, orientada sobre temas tan variados como el amor y la bondad, la ecuanimidad, la muerte... e incluso ¡el arte de cocinar!

Meditar para Vivir te enseña que para practicar la meditación no tienes por qué ser un budista acreditado. El único requisito necesario es albergar el propósito de permanecer más despierto, ser más consciente y vivir la vida plenamente.




MARTINE BATCHELOR: Pasó diez años estudiando budismo Zen en el monasterio Songgwangsa, en Corea del Sur.

En 1983 se trasladó a Devon, convirtiéndose en instructora y fundadora del Sharpman College of Buddhist Studies and Contemporary Enquiry. Actualmente es instructora de Gaia House Meditation Retreat Centre, también en Devon. Imparte frecuentemente charlas y conferencias budistas, y junto con Stephen, su marido, dirige cursos de meditación por todo el mundo. Ha publicado numerosos artículos acerca del budismo y la vida moderna, y también es autora de The Way of Korean Zen (traducido del co-reano), Buddhism and Ecology, Walking on Lotus Flowers y Principles of Zen. Actualmente reside en el sur de Francia.
STEPHEN BATCHELOR: Ha realizado fotografías en los más variados lugares del planeta a lo largo de los últimos treinta años. Estudió en monasterios budistas de India, Suiza y Corea, y ha traducido y escrito un gran número de libros acerca del budismo, entre los que se incluyen The Faith to Doubt, The Awakening of the West, Buddhism Without Beliefs, y, más recientemente, Verses from the Center: A Buddhist Vision of the Sublime.

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