11 agosto 2011

HATHA YOGA

HATHA YOGA- ¿TAN SOLO YOGA FISICO?
En Occidente, el hatha yoga se ha traducido como yoga físico, ya que con él se trabaja el cuerpo humano. Para dichos fines se utilizan principalmente las ásanas o posturas corporales y el pranayama o técnicas de control del prana a través de la respiración.(*) Ciertamente, es en parte cierto que el hatha yoga es un yoga físico, pero esta es una noción incompleta y superficial.

  Hatha yoga: yoga del cuerpo físico
Cada vez más se ve al yoga no tan sólo cómo a una práctica de ejercicios, sinó como algo que también produce unos beneficios en la persona que lo practica.
Estos beneficios pueden conllevar la prevención de determinadas dolencias, la
mejora del estado general de la salud, o, en algunos aspectos, la disminución de los efectos nocivos de algunas enfermedades.


El yoga incide en la mayoría de sistemas orgánicos del cuerpo: sistema circulatorio, respiratorio, digestivo, muscular, esquelético. Para que esa incidencia se produzca, no todo lo que se hace en yoga está indicado para todas las personas, puesto que el yoga debe ser adaptado a las dolencias que el individuo pueda tener para que la práctica de éste le beneficie. De este modo, el yoga debe adaptarse a las personas y, dentro del marco general de la programación de una sesión de yoga, hay que tener en cuenta la suma de individualidades para ofrecer un yoga que sea beneficioso para el conjunto del grupo.

Hatha yoga: yoga psicológico
El concepto cuerpo-mente intenta explicar que la mente no es algo separado del cuerpo y que el cuerpo no funciona de forma independiente de la mente. Aplicada al yoga, esta idea explica que el yoga desarrolla una autoconciencia no tan sólo corporal, sinó también del funcionamiento mental de uno mismo. Igualmente, nuestra psique repercute en nuestro cuerpo. De este modo, nuestros gestos, nuestra postura, nuestras limitaciones a nivel físico son, en parte, una expresión de nuestro estado mental y emocional. Incluso nuestra forma de respirar explica como nos relacionamos con nuestro entorno. Por ello, si modificamos nuestra respiración o bien incidimos sobre nuestras limitaciones -pongamos por ejemplo limitaciones de elasticidad- estaremos, también, actuando sobre nuestra forma de pensar y de vivir.


Esto precisa un conocimiento de estas pautas por parte del profesor/a de yoga, para que pueda adaptar el programa de la sesión de yoga a cada persona.


Hatha yoga: yoga de la energía
El cuerpo humano, tal como explica el hinduismo, alberga en su interior un aspecto de energía que se expresa en forma de distintos centros o vórtices de energía, denominados chacras. Los chacras son una condensación de entrecruzamientos de distintos canales de energía, por los que circula la energía vital.

 Además, cada uno de estos chacras es la manifestación de un cuerpo de energía que envuelve al cuerpo físico en forma de sahiras y de revestimientos o koshas. Por eso, al trabajar el cuerpo físico estaremos incidiendo en nuestra configuración energética, ya que partimos de la creencia de que nuestra composición es no tan sólo de materia, sinó que en otros aspectos también estamos constituidos por energía.

La raíz de la palabra hatha, “ha”, se traduce como sol, mientras que “tha” se traduce como luna. Por otro lado, yoga se podría explicar como “unión”. Así, el hatha yoga vendría a significar la unión de la persona a su esencia más profunda en su dualidad solar y lunar, en sus aspectos masculino y femenino, o lo que en la tradición hindú podría ser la unión de Shiva y Shakti en uno mismo. Shiva estaría en la cabeza y Shakti en la base de la columna vertebral, en forma de la energía kundalini.

Esta energía estaría esperando ser despertada para su ascenso al encuentro de Shiva y así producir una verdadera transformación. En el camino, evidentemente, los distintos chacras se irían desarrollando en el aspecto de conciencia de sus cualidades y en los distintos cuerpos que conectan.
Esta unión produciría una conexión entre nuestros instintos y nuestras aspiraciones más elevadas. Visto desde otro punto de vista, además, generaría una autoconciencia en los aspectos energéticos como constitutivos base de nosotros mismos.




 

Conclusión
El Hatha yoga no tan sólo aporta beneficios físicos, sinó también psicológicos y energéticos. Para ello hay que experimentarlo y observar los cambios y mejoras positivas que se producen en las personas que practican el hatha yoga con asiduidad. Para dar al yoga el reconocimiento que merece, sería conveniente que se hicieran estudios rigurosos que recogieran estas mejoras, al menos en el aspecto físico y psicológico.
       

El aspecto energético responde a una vivencia de carácter personal, pero hoy la ciencia cada vez más intenta explicar -o si más no validar- la concepción energética del ser humano y de los beneficios de determinadas disciplinas. Médicos, psicólogos, especialistas en aspectos de energía y científicos que fueran practicantes de yoga podrían realizar dichos estudios y validar estos beneficios, a partir de su propia experiencia y de sus conocimientos.

 
FUENTE: "HATHA YOGA- ¿TAN SOLO YOGA FISICO?" 
                       Sadurní Solà

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