NECESIDAD HUMANA DE MEDITAR
En cada uno de nosotros existe el anhelo innato de comprender la naturaleza del universo, saber qué somos y quiénes somos realmente; el anhelo de expandir nuestra conciencia y experimentar la unión con lo más elevado de la existencia. A lo largo de esta “búsqueda eterna”, como la llamó Paramhansa Yogananda, puede llegar el momento en el cual tratemos por fin de calmar nuestra mente y silenciar nuestros pensamientos para poder escuchar nuestro ser interior, el momento en que comencemos a practicar la meditación.
La meditación es una de las actividades humanas más profundamente satisfactorias y se inicia cuando los pensamientos y las emociones se han serenado. Es un estado de intensa conciencia interior en que la atención no está inmersa en los numerosos proyectos y problemas de la vida externa sino que permanece totalmente absorta en el superconsciente.
La mente consciente es nuestro estado normal de conciencia durante la vigilia, depende del intelecto y busca soluciones racionales a nuestros problemas. La mente subconsciente representa una parte muchísimo mayor de nuestra conciencia, se expresa cuando dormimos, aunque también está activa durante las horas de vigilia. El subconsciente es como un vasto océano del que la mente consciente sobresale como una pequeña isla. En él están inmersos nuestros innumerables hábitos y tendencias. Elsuperconsciente representa el grado más elevado de nuestra conciencia. Es el reino de la auténtica percepción. Cuando la mente está serena y en estado elevado, surgen profundas percepciones e inspiraciones.
La mente consciente trata de satisfacer nuestros numerosos deseos con la esperanza de alcanzar ese anhelo de felicidad que todos tenemos, pero una vez satisfechos, estos deseos se convierten en el preludio de nuevas ambiciones, nuevas responsabilidades y nuevos compromisos a largo plazo: Aquella casa, aquel flamante automóvil, terminar los estudios, conseguir aquel trabajo, pagar la hipoteca etc. En general, en el proceso de perseguir la satisfacción se pierde la capacidad de disfrutar de las cosas y esto nos lleva al estrés. El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Cuando la respuesta de estrés se prolonga o intensifica en el tiempo, nuestra salud y nuestra capacidad personal pueden verse afectadas.
Las personas con depresión, por ejemplo, carecen de energía, padecen ansiedad, falta de concentración y tienden a obsesionarse con pensamientos negativos. El escáner cerebral de estas personas muestra que el sistema límbico está hiperactivo. Es como si el automóvil estuviese con la marcha en punto muerto, sin poder ir a ninguna parte, pero con el acelerador pisado a fondo, a punto de reventar el motor.En nuestro cerebro existe una marcada interacción entre el sistema límbico y los lóbulos frontales, en especial la parte más anterior de estos llamada lóbulos prefrontales: A medida que se robustecen los lóbulos prefrontales el sistema límbico se tranquiliza. La meditación energetiza los lóbulos prefrontales y aplaca el sistema límbico. Como resultado la persona tiene una integridad del ego mayor, menos problemas psicológicos, menos depresión y ansiedad y mejora sus capacidades sociales. Además estas personas tienden a manejar mejor sus enfados, tienen más control sobre sí mismas, más creatividad y pensamientos positivos.
El proceso de la meditación además de dar más control sobre las funciones del cerebro, también lo hace sobre las funciones fisiológicas y el sistema nervioso involuntario. Esta capacidad no significa que la persona no reaccione, sino que tiene mucho mayor control sobre sus reacciones.
La meditación no consiste en reflexionar sobre pensamientos profundos; al contrario, la meditación auténtica empieza cuando los pensamientos terminan. Para progresar en la meditación debemos dejar a un lado la tendencia a buscar solución a problemas, el preocuparse y hacer planes, el reaccionar y el juzgar. Cuando estamos meditando necesitamos abandonar el pasado y el futuro.
La meditación no es pasiva, requiere energía y compromiso, pero no es tampoco un trabajo físico. En la meditación debes usar el esfuerzo de forma opuesta a lo que estás acostumbrado. Tu “esfuerzo” debe emplearse en relajarte más profundamente hasta que abandones la tensión de los músculos y los pensamientos. Por encima de todo, la meditación requiere tu atención completa.
La meditación no es permitir que la mente se sumerja en el estado subconsciente o que flote en sueños agradables. Es un estado de energía elevada y de una consciencia extraordinaria. Si al final de la meditación no sabes qué pasó, es porque realmente no
estuviste meditando.
La meditación tiene grandes beneficios para la salud, es uno de los mejores antídotos contra la excesiva tensión de la vida moderna. El estrés lleva al cuerpo a una respuesta de “lucha o lucha”, sin darle alternativa. Esta respuesta puede ser válida para
sobrevivir durante un tiempo limitado, pero a la larga la respuesta hormonal resultante puede causar serios problemas de salud. La meditación nos alivia de este estrés; a medida que nos relajamos, el latido del corazón es más lento y la presión arterial baja.
La meditación ayuda a reeducar la respuesta mecánica de forma que no reaccionaremos tan fuerte o negativamente a situaciones adversas, también nos aporta la capacidad de permanecer más centrados y tener más control sobre nosotros mismos.
Se ha descubierto que la meditación fortalece el sistema inmunitario, el cual ayuda a defendernos de las enfermedades antes de que nos afecten y nos permite recuperarnos más rápidamente en el caso de enfermar. Últimamente se ha escrito mucho acerca de la conexión entre el cuerpo y la mente. La meditación ayuda a crear una mente sana, una mente que está alerta, positiva y calmada. En su momento, producirá un cuerpo lleno de vitalidad y salud. Un gran maestro de yoga puede controlar los procesos automáticos del cuerpo, como el latido del corazón, el pulso y las ondas del cerebro.
Una vida meditativa ayuda a fomentar otros aspectos de vida sana. Las asociaciones médicas, finalmente, han reconocido que puede alcanzarse un estado general de buena salud con una combinación de meditación, dieta correcta y posturas de yoga. La meditación fomenta una mente saludable, nos permite desprendernos de estados negativos como el miedo, la preocupación y la cólera y los reemplaza por actitudes positivas. La práctica diaria de enfocarnos interiormente, nos da gradualmente el control sobre el flujo de la fuerza vital y nos permite llevarlo al interior de nuestro ser. Como resultado nos sentimos más satisfechos interiormente y perdemos la adicción a buscar constantemente fuera de nosotros cosas que nos den satisfacción: desde posesiones o interminables diversiones, a drogas y alcohol. El simple cambio de dirección de la fuerza vital tiene resultados espectaculares, lejos de aburrirnos o negar la vida, recuperamos nuestra capacidad para encontrar felicidad en placeres sencillos.
No es necesario llevar años de práctica para recibir los beneficios de la meditación.
Una reciente investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences concluyó que no importa si se es novato y escéptico. Si se medita, se presentarán cambios en el cableado cerebral desde el primer mes.
Para comprobarlo, se revisaron los resultados de dos estudios: uno realizado por la Universidad de Oregon (EE.UU.) a 45 estudiantes, y otro a 68 jóvenes voluntarios de la Dalian University of Technology (China). En ambos casos se le pedía a un grupo que durante media hora al día tratara de dejar pasar los pensamientos mientras escuchaban música calmada (esta técnica se conoce como atención plena, o mindfulness ). Al otro grupo, en cambio, se le pedía simplemente que relajaran los distintos grupos musculares durante el mismo tiempo.
Los voluntarios se hicieron una resonancia magnética antes de comenzar el estudio, en la mitad de él y después de las cuatro semanas. Según explica a "El Mercurio" el jefe de la investigación y profesor de neurociencias de la U. de Oregon, Michael Posner, "después de dos semanas, entre quienes practicaron meditación observamos un aumento en el número de conexiones entre las neuronas, y después de un mes de práctica, también encontramos que los axones (cables que van entre una neurona y otra) estaban mejor aislados, porque tenían más mielina".
En palabras sencillas, "esto significa que la información se transmite más rápidamente. Ellos vieron que con la meditación, el circuito neuronal se hace más eficiente y los pacientes mejoran el control cognitivo, que es lo que me permite acordarme de cambiar la ruta para pasar por el supermercado cuando voy camino a mi casa, o me hace no gritar cuando veo una araña en público", explica la neuróloga de la Clínica Alemana Andrea Slachevsky.
Estudios anteriores realizados por el profesor Posner también habían visto cómo la meditación mejora la atención desde los cinco días de práctica y provoca "grandes cambios en la atención después de 30 días".
Pero éstas no son las únicas investigaciones que demuestran los beneficios de la meditación. Un estudio noruego a pacientes con artritis demostró que quienes realizaban ejercicios de meditación y concentración disminuían el estrés y la fatiga. Otro estudio realizado por expertos de la Universidad de Yale concluyó que quienes meditaban tenían menos riesgo de sufrir algunos trastornos psiquiátricos, como esquizofrenia.
Otros de sus beneficios son ayudar a dejar de fumar y prevenir la psoriasis.
Nuevos hábitos saludables de vida son esenciales para el bienestar, belleza y armonía, en donde actividad física, nutrición de calidad, relajación, vivir con entusiasmo son algunas claves de la felicidad, anímate al cambio, sólo comienza.
Escribe Amalia Torres para El Mercurio.
FUENTE: enseñanzas de Paramhansa Yogananda http://www.anandaespanol.org
· “Cómo iniciarse en la meditación” de J. Donald Walters. Editorial Oniro.· “Cómo Meditar” de John Novak. Editorial Promexa.
http://tusaludpuravida.blogspot.com.ar/2014/04/media-hora-de-meditacion-diaria-cambia.html
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