12 agosto 2011

VEGETARIANISMO

Vegetarianismo Etico
 “Pero nada nos conmueve de los desgraciados animales, ni su bello colorido, ni la dulzura de su voz melodiosa, ni la sutileza de su inteligencia, ni la limpieza de su vida, ni la vivacidad de los sentidos y el entendimiento; y así, por un poco de carne, les privamos de la existencia, les arrebatamos el sol, la luz, y el curso de la vida a la que la naturaleza les había destinado...” Plutarco.
  El vegetarianismo ético es una práctica que excede los límites del Yoga, y que atañe a la condición misma del “ser humano” y como este ser se piensa a sí mismo y vive  en relación con otros seres vivos.

En cuanto a la práctica del Yoga, ésta promueve una alimentación vegetariana, completa y equilibrada, fundándose en diversas y variadas razones, de las cuales queremos examinar hoy, quizá la más relevante de ellas: “Ahimsa” o “No Violencia”.
 Ahimsa está en la base de los 8 pasos en los que el sabio Patanjali Maharishi declara en sus Yoga Sutras como siendo necesario para la práctica del Yoga. Se encuentra en el primero de los pasos, que el aspirante debe cumplir si quiere consolidar una práctica firme.
El vegetarianismo ético implica por un lado alimentarse en base a productos vegetales y por el otro seguir una conducta ética hacia los demás seres vivos y al entorno.
Si la ética es una reflexión sobre la conducta en una búsqueda de razones que la justifiquen, debemos poner en cuestionamiento si es necesario matar e infringir dolor y sufrimiento a los animales para utilizarlos como alimento u otros productos fruto de un mercado y sociedad de consumo.
Disponer del valor para realizar esta reflexión implica desnaturalizar la idea que el hombre debe comer de tal o cual forma, y pensar en los alcances e implicancias que su conducta tiene. Fundándose luego en esta reflexión la acción se desprenderá fácilmente de ella.
Los animales, es necesario decirlo, experimentan dolor. Sufren cuando se los separa de sus crías, padecen enfermedades debido a la forma a la que se los obliga a vivir, perciben la desesperación que se respira en los mataderos antes de darle muerte, e instintivamente se apegan desesperadamente a la vida como cualquier otro ser.
Es necesario para esta reflexión restablecer el vínculo que existe entre el sufrimiento, la explotación y la privación de la vida del animal y el producto que aparece en las góndolas de los supermercados, dispuestos en bandejas de plástico despojadas de todo resto de crueldad, con fecha de vencimiento y precio que se consume en el hogar. El producto que aparece en estas bandejas es realmente un pedazo procesado del animal que le dio origen y por lo tanto hay una estrecha relación entre la compra y consumo del producto y la matanza y padecimiento de ese animal.
Muchas personas tienen la “gracia” de poder comer, y muchas otras, de poder elegir qué comer. Sin embargo el hambre en el mundo hace estragos en gran parte de la población. Los países llamados “desarrollados” se ven flagelados por la obesidad asociada a la abundancia, mientras que los “subdesarrollados” padecen el hambre.
Este hecho está íntimamente vinculado con el manejo de los recursos agrícolas y ganaderos. Gran parte de la producción agrícola se destina a engordar animales que luego irán al matadero. Si se destinara dicha producción para alimentos de cultivo, se podría alimentar a muchas más personas que lo que puede alimentar la carne del animal que consume la misma. La tierra reboza de riquezas, sin embargo 1000 millones de personas en el mundo padecen de desnutrición.Sin embargo sería erróneo pensar que si la humanidad se volviera vegetariana se acabaría el hambre en el mundo, ya que esta acción debería ir acompañada de una mejor distribución de los recursos alimenticios (tierras para cultivos, etc.).
La tecnología se aplica a la crianza de animales siguiendo la teoría de mercado, y aplicando los mismos principios: mayor producción a menor costo. Aparecen aberraciones como los feed lots donde se encierra a los animales en corrales, engordándolos artificialmente, evitando que realicen movimientos, para que su carne sea más tierna. Las consecuencias ecológicas de este tipo de tecnología son nefastas tanto para los propios animales, como para el medio ambiente, ya que contaminan el entorno (napas subterráneas, suelos, etc.) de forma irreversible.
Si le quitamos consistencia a la idea “mercado” como un todo difuso que actúa de forma automática, y nos hacemos conscientes  que “mercado” es el conjunto de las conductas de consumo de cada uno, nos percataremos que la responsabilidad recae sobre cada uno de nosotros.
En cada uno se encuentra la responsabilidad de hacer de este, nuestro mundo, un lugar mejor habitable para todos los seres que en él se desarrollan.
FUENTE: www.hatha-yoga.com.ar 
                    www.omshanti.com.ar

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